Biodiversidad - Ene 2013

Las semillas son la base de la libertad de los alimentos, ya que son el primer eslabón en la cadena alimentaria. Sin semillas libres de propiedad intelectual y sin el control local de sus territorios, no es viable la soberanía y autonomía alimentaria de toda la población  y tampoco es posible que las comunidades vivan dignamente en el campo y en paz.

 

Editorial

La fotografía de la portada nos muestra a un hombre trabajando la parcela. Es una imagen tan parecida a otras muchísimas en todo nuestro continente americano, pleno de labores agrícolas mantenidas por milenios por la gente común, gente a la que se le va la vida en la pasión por cuidar el suelo, sembrar, cosechar agua, hermanarse con el bosque y guardar, custodiar e intercambiar sus semillas ancestrales, sus semillas de confianza, sus semillas nativas.
La fotografía de la portada nos muestra a un hombre trabajando la parcela. Es una imagen tan parecida a otras muchísimas en todo nuestro continente americano, pleno de labores agrícolas mantenidas por milenios por la gente común, gente a la que se le va la vida en la pasión por cuidar el suelo, sembrar, cosechar agua, hermanarse con el bosque y guardar, custodiar e intercambiar sus semillas ancestrales, sus semillas de confianza, sus semillas nativas.

El Convenio UPOV va contra principios de convivencia que hicieron posible el progreso de la agricultura

Las semillas son parte esencial de la vida. Sin ellas o sin otras partes de la planta —esquejes tubérculos, estacas— que cumplan su mismo papel en cada rincón de la tierra, nuestro planeta se convertiría rápidamente en un solo gran desierto. Sin semillas tampoco sería posible la agricultura, ni todo lo que ella nos entrega. Estos dos hechos fundamentales han sido comprendidos por pueblos del mundo entero desde miles de años atrás hasta nuestros tiempos. Por lo mismo, proteger las semillas y permitir el acceso a ellas ha sido una norma fundamental a través de culturas, ideologías, religiones, clases sociales y visiones de mundo.
Las semillas son parte esencial de la vida. Sin ellas o sin otras partes de la planta —esquejes tubérculos, estacas— que cumplan su mismo papel en cada rincón de la tierra, nuestro planeta se convertiría rápidamente en un solo gran desierto. Sin semillas tampoco sería posible la agricultura, ni todo lo que ella nos entrega. Estos dos hechos fundamentales han sido comprendidos por pueblos del mundo entero desde miles de años atrás hasta nuestros tiempos. Por lo mismo, proteger las semillas y permitir el acceso a ellas ha sido una norma fundamental a través de culturas, ideologías, religiones, clases sociales y visiones de mundo.

La Corte Constitucional de Colombia declaró inexequible la ley 1518 de 2012, que aprueba UPOV 1991

Luego de hacer el control constitucional de la ley 1518 de abril de 2012, aprobatoria del “Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales”, de 1991, comúnmente conocido como UPOV 91, la Corte Constitucional de Colombia declaró que esta ley es inexequible, por no haber sido consultada previamente a las comunidades indígenas y afrocolombianas. La adhesión al Convenio UPOV 91, fue una de las obligaciones adquiridas por Colombia al suscribir el Acuerdo Comercial TLC con Estados Unidos, y esta ley fue aprobada sin ser consultada con la sociedad y especialmente con las poblaciones rurales directamente más afectadas.
Luego de hacer el control constitucional de la ley 1518 de abril de 2012, aprobatoria del “Convenio Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales”, de 1991, comúnmente conocido como UPOV 91, la Corte Constitucional de Colombia declaró que esta ley es inexequible, por no haber sido consultada previamente a las comunidades indígenas y afrocolombianas. La adhesión al Convenio UPOV 91, fue una de las obligaciones adquiridas por Colombia al suscribir el Acuerdo Comercial TLC con Estados Unidos, y esta ley fue aprobada sin ser consultada con la sociedad y especialmente con las poblaciones rurales directamente más afectadas.

Paraguay: golpe de Estado y asesinatos. Multinacionales del agronegocio y resistencia campesina

Aunque muchos medios de comunicación no hablaron de golpe de Estado, lo ocurrido el pasado mes de junio en Paraguay así debe explicarse. Un pequeño país y su economía básicamente agraria fue atacado —con la violencia del poder económico— por quienes controlan la tierra y sus empresas asociadas, nacionales e internacionales, temerosas ante algunos pequeños pasos que el gobierno de Fernando Lugo quería acometer. La organización de mujeres campesinas de Paraguay, Conamuri, integrada en La Vía Campesina, nos lo explica con detalle.
Aunque muchos medios de comunicación no hablaron de golpe de Estado, lo ocurrido el pasado mes de junio en Paraguay así debe explicarse. Un pequeño país y su economía básicamente agraria fue atacado —con la violencia del poder económico— por quienes controlan la tierra y sus empresas asociadas, nacionales e internacionales, temerosas ante algunos pequeños pasos que el gobierno de Fernando Lugo quería acometer. La organización de mujeres campesinas de Paraguay, Conamuri, integrada en La Vía Campesina, nos lo explica con detalle.

Extractivismo y agricultura industrial o como convertir suelos fértiles en territorios mineros

La agricultura, de la mano de la interacción/diálogo/crianza mutua de los seres humanos con los suelos, las semillas, la biodiversidad y el agua han sido la base la alimentación de la humanidad durante los últimos diez mil años y son esos saberes, esas semillas y esos agricultores los que hoy la siguen alimentando.
La agricultura, de la mano de la interacción/diálogo/crianza mutua de los seres humanos con los suelos, las semillas, la biodiversidad y el agua han sido la base la alimentación de la humanidad durante los últimos diez mil años y son esos saberes, esas semillas y esos agricultores los que hoy la siguen alimentando.

Guerra a la subsistencia. Crisis económica y territorialidad

El espectro de la “crisis”, ya se hizo sombra sobre la tierra que los hombres pisan todos los días. Aterrizó y la angustiante lucha por el hoy tomó el lugar de las preocupaciones por el mañana. Pero ni siquiera ahí arriba causa el estupor y el sálvese quien pueda de los primeros días. Después de la fase aguda que fue la “crisis” en el sentido literal de “encrucijada”, vino la fase crónica y la adaptación a lo que sea. “A lo que sea”: expresión cargada de malos agüeros. Dejando de ser una amenaza en el cielo de mañanas inciertas, la crisis se arraigó en el suelo, bajo los pies de cada vez más personas. Es, hoy, totalmente, aquí abajo y ahora.
El espectro de la “crisis”, ya se hizo sombra sobre la tierra que los hombres pisan todos los días. Aterrizó y la angustiante lucha por el hoy tomó el lugar de las preocupaciones por el mañana. Pero ni siquiera ahí arriba causa el estupor y el sálvese quien pueda de los primeros días. Después de la fase aguda que fue la “crisis” en el sentido literal de “encrucijada”, vino la fase crónica y la adaptación a lo que sea. “A lo que sea”: expresión cargada de malos agüeros. Dejando de ser una amenaza en el cielo de mañanas inciertas, la crisis se arraigó en el suelo, bajo los pies de cada vez más personas. Es, hoy, totalmente, aquí abajo y ahora.

Ataques, políticas, resistencia, relatos

La ley de semillas y la ley de obtenciones vegetales, brazos de la misma tenaza;  En Ecuador se propone una ley que asegure el libre flujo de semillas campesinas; La certificación de las semillas en EUROPA. El triunfo de la racionalidad económica sobre la racionalidad ecológica; Argentina: Semillas en debate; Por la tierra; Conflicto chileno-mapuche: La muerte tiene ojos de escarcha.
La ley de semillas y la ley de obtenciones vegetales, brazos de la misma tenaza;  En Ecuador se propone una ley que asegure el libre flujo de semillas campesinas; La certificación de las semillas en EUROPA. El triunfo de la racionalidad económica sobre la racionalidad ecológica; Argentina: Semillas en debate; Por la tierra; Conflicto chileno-mapuche: La muerte tiene ojos de escarcha.

De un vistazo y muchas aristas

Hay un embate fuerte en el mundo, en particular en América Latina, por inundar con transgénicos los campos y con esto erosionar la variedad de semillas libres que circulan al tiempo de promover patentes y derechos de obtentor, registros y certificaciones de los acervos existentes, como pinza que intenta ir mermando las variedades en el “afuera”, en el mundo real, mientras se diseñan semillas más sofisticadas y artificiales que respondan más a los intereses absurdos de las agroindustrias y se desanima, perturba o de plano se vulnera la producción independiente de alimentos. En este número, Biodiversidad, sustento y culturas investiga en varios vistazos y desde muchos rincones, la lucha contra la imposición de los transgénicos y los ataques jurídicos contra la libertad responsable, comunitaria, de las semillas.
Hay un embate fuerte en el mundo, en particular en América Latina, por inundar con transgénicos los campos y con esto erosionar la variedad de semillas libres que circulan al tiempo de promover patentes y derechos de obtentor, registros y certificaciones de los acervos existentes, como pinza que intenta ir mermando las variedades en el “afuera”, en el mundo real, mientras se diseñan semillas más sofisticadas y artificiales que respondan más a los intereses absurdos de las agroindustrias y se desanima, perturba o de plano se vulnera la producción independiente de alimentos. En este número, Biodiversidad, sustento y culturas investiga en varios vistazos y desde muchos rincones, la lucha contra la imposición de los transgénicos y los ataques jurídicos contra la libertad responsable, comunitaria, de las semillas.