Biodiversidad 105 / 2020-3

Con la pandemia, la incertidumbre ha cubierto con su manto todo lo que hacemos, nuestras esperanzas y las expectativas de tanta gente en el planeta. De pronto, parecemos estar sin posibilidad de remontar los muros, parecemos estar atrapadas, atrapados, en el tiempo de los relojes que marcan las premuras, mientras las muertes crecen y las palabras no alcanzan. Muchas personas, sobre todo en la ciudad, se sienten aprisionadas por la soledad, sin ver una salida posible. Tenemos, nos dicen, que respetar la nueva normalidad, la apertura sin cortapisas, “y que muera quien tenga que morir”. Así nos vomitan los funcionarios de varios gobiernos. Pese al manto con que nos cubre la avasalladora nueva “normalidad”, las semillas, los saberes que son y encarnan semillas, que se ejercen como semillas, logran vez tras vez, ciclo a ciclo, brotar, florecer, brindarnos frutos, y son una de nuestras fuerzas de resistencia más antiguas, y con más potencialidad de futuro. Foto de portada: Viviana Sánchez-Prada

Editorial Biodiversidad 105

Con la pandemia, la incertidumbre ha cubierto con su manto todo lo que hacemos, nuestras esperanzas y las expectativas de tanta gente en el planeta. De pronto, parecemos estar sin posibilidad de remontar los muros, parecemos estar atrapadas, atrapados, en el tiempo de los relojes que marcan las premuras, mientras las muertes crecen y las palabras no alcanzan. Muchas personas, sobre todo en la ciudad, se sienten aprisionadas por la soledad, sin ver una salida posible. Tenemos, nos dicen, que respetar la nueva normalidad, la apertura sin cortapisas, “y que muera quien tenga que morir”.
Con la pandemia, la incertidumbre ha cubierto con su manto todo lo que hacemos, nuestras esperanzas y las expectativas de tanta gente en el planeta. De pronto, parecemos estar sin posibilidad de remontar los muros, parecemos estar atrapadas, atrapados, en el tiempo de los relojes que marcan las premuras, mientras las muertes crecen y las palabras no alcanzan. Muchas personas, sobre todo en la ciudad, se sienten aprisionadas por la soledad, sin ver una salida posible. Tenemos, nos dicen, que respetar la nueva normalidad, la apertura sin cortapisas, “y que muera quien tenga que morir”.

Construcción de soberanía alimentaria desde los territorios con base en la agroecología

Las organizaciones campesinas hemos llevado por décadas las propuestas necesarias para una transformación económica y política que brinde mejores condiciones de vida a trabajadores del campo y la ciudad. Como población campesina nos caracterizamos por ser protagonistas en cuanto a la alimentación a nivel mundial, lo que nos obliga a pensar de manera responsable en los factores que influyen para que los alimentos lleguen a nuestras mesas. Constantemente pensamos en la necesidad de que los alimentos sean producidos del modo más natural posible, para que sean bien nutritivos, frescos, sanos, económicos, deliciosos, bonitos, entre otros aspectos que buscamos a la hora de consumirlos. Nuestro trabajo se enmarca en los aspectos mencionados, a la par de que producimos alimentos para el resto de la humanidad.
Las organizaciones campesinas hemos llevado por décadas las propuestas necesarias para una transformación económica y política que brinde mejores condiciones de vida a trabajadores del campo y la ciudad. Como población campesina nos caracterizamos por ser protagonistas en cuanto a la alimentación a nivel mundial, lo que nos obliga a pensar de manera responsable en los factores que influyen para que los alimentos lleguen a nuestras mesas. Constantemente pensamos en la necesidad de que los alimentos sean producidos del modo más natural posible, para que sean bien nutritivos, frescos, sanos, económicos, deliciosos, bonitos, entre otros aspectos que buscamos a la hora de consumirlos. Nuestro trabajo se enmarca en los aspectos mencionados, a la par de que producimos alimentos para el resto de la humanidad.

Ataques, políticas, resistencias, relatos

Mala voluntad y que mueran quienes tengan que morir expresan los gobiernos y los organismos internacionales que se arrogan la gestión de esta extraña condición generalizada. Así Europa abrió sin miramientos a las condiciones de su “nueva normalidad”, cuando en América Latina la curva de contagios crecía. Un sabio yanomami lo dijo al declarar que “el cielo se desploma”, en referencia a las causas de la pandemia que todo el 2020 acumula síntomas, contagios; un arrasamiento a nivel mundial: en la cuenta al 18 de agosto esto significaba casi 22 millones de personas infectadas, y casi 780 mil personas fallecidas.
Mala voluntad y que mueran quienes tengan que morir expresan los gobiernos y los organismos internacionales que se arrogan la gestión de esta extraña condición generalizada. Así Europa abrió sin miramientos a las condiciones de su “nueva normalidad”, cuando en América Latina la curva de contagios crecía. Un sabio yanomami lo dijo al declarar que “el cielo se desploma”, en referencia a las causas de la pandemia que todo el 2020 acumula síntomas, contagios; un arrasamiento a nivel mundial: en la cuenta al 18 de agosto esto significaba casi 22 millones de personas infectadas, y casi 780 mil personas fallecidas.