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Esperanzadora campaƱa de las semillas

by GRAIN | 1 Oct 2003

Esperanzadora campaña de las semillas

Por Grain


"Pancha" Rodríguez es integrante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales Indígenas (ANAMURI) de Chile e integra la coordinación internacional de Vía Campesina. En esta entrevista -realizada por Camila Montecinos- Pancha nos relata su camino junto a Vía Campesina y el trabajo de la campaña de semillas.


Cuéntanos un poco quien eres tú.

Eso es lo que más cuesta contar. Soy dirigente de ANAMURI. Creo que soy una mujer con una vocación muy fuerte de trabajo por las mujeres, y eso viene conmigo desde mucho tiempo, no es algo que haya querido en algún minuto. Soy de origen campesino, y el querer estar cerca de las mujeres rurales y campesinas viene de mi familia. Mis primeros trabajos y mis primeras relaciones estuvieron en el mundo rural, me casé con un dirigente campesino. Después del golpe de estado en Chile me fui a trabajar a la Confederación Ranquil (una de las federaciones campesinas existentes al momento del golpe). En ese momento yo era la "señora de", como se usaba en ese tiempo. Ahora, mi compañero es el "compañero de".

Allí comenzó este trabajo con las mujeres, y tuve que compatibilizarlo con mi hogar y mis hijos. Ahora mis hijos están grandes y estoy dedicada tiempo completo a esta actividad, desde que constituimos ANAMURI. Pero mientras ellos crecieron tuve que compatibilizar, aunque muchas veces dediqué más a la organización que a los hijos. Además estaba el trabajo de producción, porque económicamente había que poner el hombro, y yo trabajé en la producción de flores, además de que inicialmente debí trabajar como "temporera". Ahora estoy siempre dentro de la organización.

Creo que toda esta experiencia fue muy importante para mi. Me ayudó a entender la importancia de la organización, aprendí mucho al lado de los hombres que formaban la organización en ese tiempo. Mi compañero fue secretario para América Latina de la Unión Internacional para la Agricultura, los Bosques y las Plantaciones y en esa Unión Internacional yo trabajé en la Oficina para Asuntos de la Mujer. Y eso me mostró la importancia de la vinculación y la organización internacional y me mostró algo que es tremendamente valioso: el ser latinoamericana. Porque cuando se está en estos espacios una deja de ser chilena y se pasa a ser latina, lo que reforzó mucho mi formación.

¿Cómo fue que llegaste a Vía Campesina?

Yo estuve en la constitución de Vía Campesina representando a una federación campesina chilena, la Federación Surco Campesino. Fuimos invitados a formar parte de este proyecto. Vía Campesina era un proyecto, una idea que arranca de América Latina, especialmente de Nicaragua. La invitación estaba dirigida a un conjunto de organizaciones que se articularon a través de la campaña de los 500 años. El llamado a esta aventura nos pareció interesante porque invitaba a construir una alternativa al modelo, era un movimiento construido desde los campesinos, donde los campesinos íbamos a ser los gestores de esta nueva construcción. Y fue un llamado que tuvo encanto.

Nos reunimos en Bélgica y discutimos los principios de la nueva organización. Nos constituimos, discutimos la forma de operar y vimos que se ríamos una organización basada en objetivos y principios, más que en estatutos y estructuras. Discutimos también quiénes constituirían Vía Campesina, y el reto era construir esta vía alternativa al modelo, y por eso la llamamos Vía Campesina. Ese es un hecho básico que no debemos olvidar: somos campesinos construyendo una vía alternativa.

Vía Campesina es una organización sin grandes estructuras ni formalidades, pero es hoy más conocida en cada país que lo que anteriormente fueron las organizaciones internacionales muy formales; quizás sea por la forma en que Vía Campesina se articula y lleva sus campañas adelante, porque las campañas están en estrecha relación con el sentir de los campesinos, por lo que entonces no hay nadie que se sienta fuera de ella. Además, este es un movimiento de hombres y mujeres muy sencillos, aquí no hay ningún gran personaje, pero todos los compañeros son personas de muchas vivencias en las organizaciones.

¿Cuánta gente había en la fundación de Vía Campesina?

No recuerdo bien, había entre 60 y 80 personas, cada una representando una organización. En el caso de América Latina, había una persona por país, a pesar de que en muchos países había más organizaciones interesadas, pero los que allí estábamos éramos de las organizaciones que estuvieron más involucradas en la campaña de los 500 años. Éramos mayoritariamente organizaciones con historia; en la actualidad creo que la mayoría son organizaciones nuevas. En la próxima conferencia el llamado es a ampliar Vía Campesina. Somos un movimiento que crece.

¿Qué papel juegan las campañas en Vía Campesina?

En Vía Campesina ha habido tres momentos importantes. El primero fue cuando planteamos el concepto y la propuesta de soberanía alimentaria. Lo planteamos desde una perspectiva de defensa y fortalecimiento de derechos, y fue una propuesta que le salió al paso a la OMC. Nuestras luchas más importantes se articularon en torno a esta lucha contra la OMC, para que la OMC esté fuera de la agricultura, que no sea la que determine ni las relaciones sociales ni las maneras de hacer agricultura.

Fue la soberanía alimentaria la que nos llevó a plantear nuestra primera campaña, la Campaña por la Reforma Agraria, que la especificamos como la lucha por una reforma agraria genuina.

Un segundo paso importante fue haber comenzado a discutir esta campaña de la semilla, que surgió de lo que empezamos a discutir en México, que fue la construcción de un proyecto popular y del papel que nosotros teníamos en ese proyecto. Y eso implicaba que la agricultura campesina debía tener un futuro, una proyección. No podíamos cumplir un papel si la agricultura campesina sucumbía. Por eso, cuando hemos ido armando nuestro planteamiento con el fin de involucrar no sólo a indígenas y campesinos, sino al conjunto de los pueblos, hemos dado un salto importante al plantear que el problema de la agricultura no es un problema de los campesinos, sino de los países.

Creo que el tercer paso importante que ha dado Vía Campesina es haber desarrollado un planteamiento integrador. En él incorpora a las mujeres, a los jóvenes, incorpora el conocimiento campesino, pero también recurre a los que podemos llamar conocimiento institucional.

¿Cuál es el aporte específico de la campaña de la semilla?

Primero, la campaña de la semilla tiene un sentido muy profundo para la gente del campo y para el mundo indígena. Además, nos asigna un papel muy importante a las mujeres, o las mujeres nos tomamos ese papel importante si no nos lo asignan. Es un acierto que viene a fortalecer un concepto como el que era la soberanía alimentaria y lo convierte ya en una apuesta de acción.

En segundo lugar, la campaña ya permite integrar no sólo desde la agricultura como labor, sino desde los valores y la cultura campesina. Y con eso nos hace más humanos, nos devuelve algo de humanidad, de fuerza, para poder enfrentar la dureza de todo esto. La agricultura actual te va convirtiendo en una máquina que trabaja más que antes, va dejando de ser esa creación constante que eran los procesos agrícolas; la tecnologías son también avasalladoras y aniquiladoras de las personas. Y esto va a ser un freno. ¿Cómo paramos este mundo de locos? ¿Cómo paramos que el conocimiento al servicio del capital haga que la ciencia se convierta en inhumana? ¿Cómo paramos esta locura tan envolvente, que más que avance es exterminio?

Cuando yo veo la campaña de la semilla, le da más sentido y razón de ser a Vía Campesina, el construir esa ruta alternativa. Yo creo que la campaña es parte de esa gran ruta que estamos construyendo alrededor del mundo.

Y dentro de eso, ¿qué papel le ves tú a la mujer en la campaña?

¡El principal! Las mujeres hemos avanzado enormemente dentro del movimiento en general. Pero eso también tiene que ver con los enormes cambios económicos que se han producido. Tiene que ver con los procesos de contra-reforma agraria, tiene que ver con los cambios económicos que llevó a que muchos hombres salieran obligatoriamente del campo, con lo que la mujer pasó a tener un papel económico más visible (siempre hemos tenido un papel importante, pero ahora se nota más). Con la campaña hacemos también visible nuestro aporte específico al mundo campesino. Y claramente somos las mujeres las que hemos tomado el liderazgo.

Entre todos aquellos que se relacionan con la campaña, ¿te has encontrado con organizaciones que rechacen la campaña?

No conozco ninguno, la aceptación ha sido general. Sí he escuchado en algunos casos algo de escepticismo. Hay compañeros que lo ven difícil, como una vuelta atrás. Esto lo he escuchado sólo de hombres, no lo he escuchado de ninguna mujer todavía. Dicen que hemos evolucionado y que eso no se puede olvidar. Dicen también que el conocimiento se ha perdido y que el trabajo es difícil, que lleva mucho tiempo, y que antes era posible hacerlo, porque estaba involucrada toda la familia. Hay hombres que dicen que ya perdieron la capacidad de seleccionar, que ya no saben qué guardar, o cómo la van a cuidar. En ellos hay una pérdida fuerte del conocimiento y más que nada de la autoconfianza. Con las mujeres es distinto: en cuanto pones el tema las mujeres lo toman y comienzan a ver hacia atrás. Y generalmente todo esto se derriba cuando el tema se discute en familia. Porque en la medida que los hombres quieren negar esto, las mujeres tienen una respuesta y una razón para demostrarle que está equivocado. Las mujeres actúan como la memoria de muchos hombres. Los hombres, como "jefes de familia", son los que se relacionan con los programas de asistencia técnica, con la capacitación para las nuevas formas agrícolas, están más influidos por todo ello. Pero, a pesar de ello, no conozco ningún rechazo, aunque sí conozco algunas dudas.

¿Qué pasa con los campesinos europeos, de Estados Unidos y Canadá, que están aún más influidos por todo esto?

Bueno, es justamente de los hombres de allí que he escuchado las mayores dudas. Las familias campesinas de Europa son las que han recibido los mayores embates del modelo.

¿Crees tú que la campaña tenga alguna capacidad para reconstituir conocimientos o reconstituir familia?

Yo creo que sí. No podemos decir que la campaña va a ser la salvación de esta crisis o de esta desestructuración que está afectando al campo, pero va a ayudar. No sabemos cuánto va ayudar, pero sí que lo va a hacer en plazos más largos. Esta campaña va a ser larga.

Por ejemplo, en la medida que nosotros le devolvamos el valor a la alimentación, la campaña va a jugar un papel clave, ya que influirá sobre la alimentación, la salud y la calidad de vida. Y allí pasará de ser una campaña que tiene connotaciones valóricas a ser una campaña tremendamente política, y de una urgencia y una necesidad para todos. Será una campaña de ayuda mutua, porque lo que impactemos en la población en general tendrá repercusiones importantes en el campo. Por eso es una campaña de todos y de todas.

¿Cuáles son las actividades que están impulsando en este momento?

En este momento estamos en un proceso de sensibilización general, pero de sensibilizarnos nosotros mismos también. Estamos sacándola hacia afuera, y lo rico es que la estamos sacando hacia afuera a través de la acción. Cada nueva cosa que vamos recuperando, descubriendo, el poco entendimiento que vamos logrando, lo sacamos al mundo inmediatamente, no se queda enclaustrado en nuestras casas o en nuestras organizaciones. Se esparce como la semilla. Y eso es muy importante. Igualmente importante es que vayamos desentrañando las causas de lo que acontece. De acuerdo a cómo vayamos sintiendo y entendiendo; en la medida que nos demos cuenta de las causas de los abusos y atropellos que hemos sufrido, la campaña se irá haciendo más amplia.

En la medida que estas experiencias se vayan conociendo y difundiendo, esto será una campaña esperanzadora. Eso es porque ha habido una resistencia, más grande de los que pensamos, más importante de lo que podemos ver. Eso también porque hoy la gente siente la necesidad de compartir conocimiento, porque compartir conocimiento significa valorarse a sí mismo. Nuestros saberes fueron siempre acallados porque nos calificaron de ignorantes, de atrasados. Hoy día sabemos que no éramos pueblos atrasados sino muy avanzados, y eso ayuda a recuperar el conocimiento.

Campaña Mundial de las Semillas

Los días 6 y 7 de agosto de 2003 se realizó en México la Reunión de la Campaña Mundial de Semillas; con la participación de representantes de varias organizaciones, entre ellas: Vía Campesina; ANUC-UR, Colombia; Movimiento de Mujeres Trabajadoras Rurales, Brasil; CONAMURI, Paraguay; Movimiento Campesino Santiago del Estero, Argentina; Movimiento Sin Tierra, Brasil; Mujeres campesinas Organizadas en Red; UNORCA, ANAMURI AG, Chile; Movimiento de Pequeños Agricultores (MPA), Brasil; Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), Chile; Organización Ecologista, Costa Rica; CENSAT, Amigos de la Tierra, Colombia; Asociación de Trabajadores del Campo, Nicaragua; Grupo Semillas, Colombia; GRAIN; Redes, Amigos de la Tierra Uruguay; y ETC Group.

Este encuentro tenía básicamente cuatro objetivos: a) dar a conocer el documento que contiene los fundamentos, principios y estrategias de la campaña para su discusión, análisis, debate y modificaciones si fuese necesario; b) constitución del Comité Internacional de la Campaña; c) coordinación entre organizaciones campesinas e indígenas de diferentes países y continentes para las acciones de la campaña; y d) establecer una agenda de trabajo internacional de la campaña.

Los principales acuerdos alcanzados fueron: a) la campaña no sustituye las campañas y acciones locales; b) la campaña debe promover articulación, acciones conjuntas y generar información; c) se debe promover y realizar acciones en los países para la recuperación de las colecciones de semillas guardadas en los Bancos y Centros genéticos; y d) la campaña debe articularse con otras campañas: contra los transgénicos, reforma agraria, defensa del agua, recuperación de tierras y territorios, defensa del maíz, contra los plaguicidas, contra el ALCA, la guerra, el militarismo, transnacionales, la OMC, etc.

Se definieron, entre otras, las siguientes acciones: a) articulación de las diversas organizaciones sociales y campesinas con las comunidades indígenas; b) identificar nuestros custodios y curadoras de semillas, construir y articular redes a nivel nacional e internacional; articulación del conocimiento tradicional; c) apoyar y realizar acciones de defensa del maíz mexicano; d)promover programas de radio, artículos, separata en la revista Biodiversidad, intercambio de videos; e) montar obras de teatro como medio de difusión, información y formación; f) generar información y difundirla, sobre lo que ocurre con los organismos como la ONU , FAO, UNESCO, OMPI, etc.; g) abrir en el portal de Biodiversidad un espacio para la campaña; h) denunciar la contaminación del maíz mexicano; organizar una Jornada Mundial "Salvemos el maíz de México"; i) realizar talleres teóricos y prácticos sobre semillas criollas y nativas; y j) se deben potenciar las fiestas y ferias locales como instancias de acercamiento entre campesinas/os y comunidades indígenas.

El Comité Internacional de la Campaña Mundial quedó integrado por organizaciones y redes de carácter regional e internacional. Para su próxima reunión -a realizarse en enero próximo en el marco del Foro Social Mundial en la India- se acordó la incorporación de las y los compañeros de Asia, África y Europa.

Este sensible y humano encuentro finalizó con una ronda en donde cada participante, desde sus sentimientos, en una palabra conceptualizó esta campaña, y así afloraron palabras tales como: amor, vida, esperanza, rebeldía, sobrevivencia, rescate, sabiduría, solidaridad, justicia, reconstrucción, unidad, fuerza y alegría.

Semillas, Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad

¡Globalicemos la Lucha! ¡Globalicemos la Esperanza!

Las actividades que tienen hoy, ¿en qué consisten?

—Principalmente son intercambios, ferias, pero también hay que recuperar la investigación popular. Que seamos los mismos indígenas y campesinos los que investiguemos; eso nos permite la recuperación, y hay que construirlo. Esto va aparejado con un proceso de formación muy fuerte, porque hay que recuperar, pero ¿recuperar para qué? Los intereses en torno al conocimiento son muy fuertes y muy diversos, debemos tenerlo muy claro. Hoy hay que tener mucho cuidado con los investigadores que vienen con piel de oveja y en realidad detrás tienen un lobo, por eso necesitamos nuestros propios investigadores. Necesitamos saber qué nos han robado, ésa es una información que falta difundirla. Y como parte de esta campaña también tenemos que sentir rabia. Tiene que darnos mucha rabia, no impotencia, sino rabia. Porque la rabia significa que no toleramos más, que hasta aquí no más llegamos, esto no lo seguimos aguantando, pero para eso se necesita saber: qué nos arrebataron, quién nos lo arrebató, y para qué.

Tu mencionabas que esta es una campaña de todos, pero dentro de los principios de la campaña está que ésta es liderada por campesinos. Dentro de eso, la pregunta es ¿qué papel le ves tú a los que no son campesinos? ¿Qué papel podrían jugar otras organizaciones sociales o las ONGs?

La campaña es liderada por campesinos, arranca de acá, de un conocimiento campesino que no queremos que muera. Pero el resto de la gente tiene un papel muy importante: el de saber, tomar conciencia. En la medida que veamos que nos han impuesto una nueva cultura alimentaria, en que te ordenan hasta lo que tienes que comer, la gente tiene que entender hasta dónde nos ha llevado este sistema, qué hemos perdido y en qué nos afecta. Los campesinos estamos defendiendo un oficio, es la misión que nos tocó desempeñar en la tierra, y que nos gusta, que llena nuestra vida. Nosotros tenemos el oficio de producir y la gente tiene que saber el valor de la alimentación, lo que tiene que ver con la calidad de vida, y lo que tiene que ver con los intereses de la nación. Y por eso es una campaña de todos, porque involucra la vida de los seres humanos, del planeta.

Además, el oficio de los campesinos debe ser valorizado. Es nuestra misión que debe ser reconocida y valorizada. Pero detrás de eso hay intereses económicos que hay que entender. Y esta campaña entonces tiene que crear nuevas relaciones entre lo rural y lo urbano.

O sea, a los sectores no campesinos nos corresponde un aprendizaje más o menos grande.

Les corresponde, pero también les corresponde un aporte desde su propio conocimiento y saber. Se requiere un aporte que es muy importante, y allí está la necesidad de la creación colectiva. Tenemos que pensar cómo se difunde el mensaje y cómo generamos, juntos, un sentimiento de rebeldía.¿Qué pasaría si nosotros recuperamos nuestras semillas, seguimos trabajando y sembrando, pero lo gente sigue comprando comida chatarra, si siguiera sintiendo que lo que viene de afuera es mejor que lo que tenemos acá? Esta es una generación de conciencia por ambos lados. Como dicen los compañeros del MST, este proceso es parte de la gestación del hombre y la mujer nueva. Son elementos, cimientos para una sociedad nueva que debemos generar. No hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista. Nada es irreversible, aunque nos lo digan, aunque lo afirmen en los tratados de libre comercio. Tenemos la fuerza de los que somos más, todos los procesos son evolutivos, y dependen de la toma de conciencia de todos.

Author: GRAIN