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Editorial

by Biodiversidad | 29 Jul 2019
Lavando maíz en territorio en resistencia zapatista. Foto: María Rivasés

Mirando a esta muchacha tojolabal en un río chiapaneco, en uno de los territorios en resistencia de México, mientras lava su maíz para ponerle cal y abrirle su plenitud nutricia en ese proceso que en Mesoamérica llaman “nixtamalización” (y luego hacer tortilla), uno vuelve a comprender que los cuidados cotidianos en la crianza mutua con el territorio, la cotidianidad de las faenas y labores y el entendimiento de los quehaceres con sus prácticas y saberes milenarios tienen que ser revitalizados, vez tras vez, si hemos de inaugurar un nuevo horizonte de transformación y justicia.

Por eso en este número reivindicamos esta nueva herramienta, la agroecología, que nos hace prestar de nuevo atención a los detalles, a las sutilezas, a los ciclos, a las conversaciones, a los signos y síntomas, a las humedades y colores, para volver a entender qué se hacía, qué hace todavía la agricultura campesina, de base comunitaria, donde esas conversaciones, colectivas siempre, irrepetibles siempre, ocurren cuando vivimos y fomentamos la vida entre iguales, con el mismo grado de responsabilidad, aunque éstas cambien, se muevan, se profundicen, se vayan rotando.

Esa agricultura campesina y la agroecología que la hace fuerte, aploman con soberanía alimentaria y una mirada vasta y compleja a los pueblos en resistencia contra el capitalismo salvaje y devastador que quiere apoderarse de nuestro corazón para vomitarnos a sus campos de labor y sus campos de emigrantes o sus campos de exterminio.

Así, en Biodiversidad 101 circulan diálogos campesinos, propuestas organizativas de agroecología de Brasil y Paraguay, Argentina, Chile, Ecuador, Costa Rica y México, con testimonios, voces y reflexiones campesinas contra los tratados de libre comercio, las políticas de imposición y las devastaciones y envenenamientos del agua, del aire y del espíritu.

Ante el recrudecimiento de un modelo expoliador, extractivista y corruptor, anclado en la represión y la precarización para afianzarse, seguimos reivindicando nuestro abajo y a la izquierda porque ahí viven los verdaderos cuidados del mundo. Sólo desde la milpa, desde la chacra, desde las huertas y los bosques custodiados en crianza mutua se mira el mundo entero.
Author: Biodiversidad