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Hambrientos de tierra: los pueblos indígenas y campesinos alimentan al mundo con menos de un cuarto de la tierra agrícola mundial

by GRAIN | 4 Jun 2014

Quienes forman parte de las organizaciones campesinas e indígenas alrededor del mundo y todos quienes mantienen alguna cercanía y solidaridad con sus luchas saben que la escasez de tierra y la expulsión desde el campo son hoy procesos extremadamente agudos. Sin embargo, una cantidad importante de expertos no dejan de asegurar que la mayor parte de la tierra sigue en manos campesinas e indígenas.

GRAIN realizó un profundo análisis de la información existente para darse cuenta de lo que está pasando y el resultado es muy claro: más del 90% de las y los agricultores del mundo son campesinos e indígenas, pero controlan menos de un cuarto de la tierra agrícola mundial . Y con esa poca tierra, la información disponible muestra que producen la mayor parte de la alimentación de la humanidad. Si campesinado y pueblos indígenas siguen perdiendo su tierra, estaremos frente a procesos de exterminio de pueblos y culturas, y el mundo perderá su capacidad de alimentarse. Necesitamos urgentemente devolver la tierra a manos de los pueblos del campo, y luchar por procesos de reforma agraria y restitución territorial que hagan real el derecho a una vida digna y a existir como pueblos de casi la mitad de la humanidad y simultáneamente permitan asegurar mejores sistemas alimentarios.

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Puede bajar la base de datos completos en excel aquí.

Al inaugurar 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar, José Graziano da Silva. Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se extendió en alabanzas sobre la agricultura familiar y señaló que las familias agricultoras manejan actualmente la mayor parte de las tierras agrícolas mundiales1 – la friolera de 70% según su equipo.2 En otro estudio publicado por varias agencias de Naciones Unidas en 2008 se concluyó que los pequeños agricultores ocupaban el 60% de la tierra arable mundial.3 Otros estudios han llegado a conclusiones parecidas.4 Con tales cifras, no es sorpresa que los temas de reforma agraria o restitución territorial ni siquiera se mencionen.

Si la mayoría de la tierra de cultivo está en manos campesinas, ¿por qué existen tantas organizaciones campesinas e indígenas que claman por redistribución de tierras y reforma agraria? Porque pese a lo que se diga, no tienen ni remotamente la mayoría de la tierra y, en realidad, en todas partes, el acceso a la tierra de los pueblos rurales está siendo atacado. Desde Honduras a Kenia y desde Palestina a Filipinas, los pueblos han sido desalojados de sus campos y poblados. Aquéllos que resisten están siendo encarcelados o asesinados. Luchas agrarias masivas en Colombia, protestas de líderes comunitarios en Madagascar, marchas nacionales de gente sin tierra en India, ocupaciones en Andalucía – la lista de acciones y luchas suma y sigue. En resumen, la tierra se está concentrando cada vez más en manos de los ricos y poderosos, no en la de campesinos e indígenas.

El asesinato de un campesino en el Bajo Aguán, Honduras. (Foto: Manu Brabo / Asamblea de Cooperación por la Paz) En relación a la producción de alimentos, escuchamos mensajes contradictorios. En los últimos años, más y más centros académicos y organismos internacionales han reconocido que más de la mitad de los alimentos viene de la pequeña agricultura, y especialmente del aporte de las mujeres. Pero llegado el momento de buscar una solución al hambre, sólo se escucha de apoyar grandes concentraciones de tierras, agricultura industrial, monocultivos transgénicos, etcétera. Todo esto, porque el sistema industrial sería “más eficiente”.

Al mismo tiempo, se nos dice que el 80% de la gente con hambre a nivel mundial se concentra en áreas rurales y muchos de ellos son agricultores o trabajadores agrícolas sin tierra.

¿Cómo encontrarle sentido a todo esto? ¿Qué es verdad y qué no? ¿Qué debemos hacer para hacer frente a estos desequilibrios? Para ayudar a responder algunas de estas preguntas, GRAIN decidió efectuar un examen más profundo de estos hechos.5 Examinamos país por país la información disponible sobre cuánta tierra está realmente en manos del campesinado y los pueblos indígenas y cuánto alimento producen en esa tierra.6

Las cifras, sus fuentes y limitaciones y lo que ellas nos dicen

Al recopilar los datos, siempre que fue posible usamos las estadísticas oficiales y especialmente los censos agrícolas de cada país, complementados con FAOSTAT (base de datos de la FAO) y otras fuentes de la FAO cuando fue necesario. En relación al número de fincas pequeñas o fincas campesinas, en general usamos la definición que cada autoridad nacional utiliza, ya que las condiciones de estas fincas en países diferentes y diversas regiones pueden variar mucho. Para los países donde no existían definiciones propias disponibles, usamos el criterio del Banco Mundial, que define como finca pequeña o campesina toda aquélla menor de 2 hectáreas.

Cuando examinamos la información, nos vimos enfrentados a varias dificultades. Los países definen a campesinos y pequeños agricultores de diferentes formas. No hay estadísticas centralizadas sobre quiénes tienen cuánta tierra. No hay bases de datos que registren la cantidad de producción según su origen. Además, fuentes diferentes, entregan cifras muy variadas sobre la cantidad de tierra agrícola disponible en cada país.

Teniendo en cuenta esto, la información recopilada tiene limitaciones importantes, pero es la mejor disponible. El conjunto de datos que elaboramos está totalmente respaldado por referencias que están disponibles al público online y forman parte integral de este informe.7 En el Anexo 1 hacemos una discusión más completa sobre los datos.

A pesar de las deficiencias inherentes a los datos, estamos seguros al señalar seis importantes conclusiones:

  1. Hoy en día, la gran mayoría de las fincas del mundo son pequeñas fincas campesinas y se están tornando cada vez más pequeñas.
  2. Actualmente las pequeñas fincas han sido relegadas a menos de un cuarto del total de la tierra agrícola mundial.
  3. Estamos perdiendo rápidamente fincas y agricultores en muchos lugares, en tanto que las grandes fincas se tornan cada vez más grandes.
  4. Las fincas campesinas e indígenas siguen siendo las mayores productoras de alimentos en el mundo.
  5. En conjunto, las fincas pequeñas son más productivas que las grandes.
  6. Las mujeres constituyen la mayoría del campesinado indígena y no indígena.

Mucha de estas conclusiones parecen obvias, pero dos cosas nos alarmaron.

Una de ellas fue observar que la concentración de la tierra es un fenómeno mundial, incluso en aquellos países en que se supone que los programas de reforma agraria del siglo 20 habían acabado con ella. En muchos países, ahora mismo, está ocurriendo una contra-reforma, una especie de reforma agraria en reversa, ya sea la apropiación de tierras por las corporaciones en África, el reciente golpe de Estado en Paraguay impulsado por los empresarios agrícolas, la expansión masiva de las plantaciones de soya en América Latina, la apertura de Birmania a los inversionistas extranjeros o la expansión hacia el este de la Unión Europea y su modelo agrícola. En todos estos procesos, el control sobre la tierra le está siendo usurpado a los pequeños productores y sus familias por élites y poderes corporativos que están arrinconando a la gente en propiedades cada vez más pequeñas.

La otra fuente de alarma fue darnos cuenta que actualmente las fincas campesinas ocupan menos de una cuarta parte de toda la tierra agrícola del mundo – o menos de una quinta parte si se excluye China e India de este cálculo. La tierra en manos campesinas es cada vez menor y si esta tendencia persiste no serán capaces de continuar alimentando al mundo.

Examinemos estos resultados punto por punto.

1. En la actualidad, la gran mayoría de las fincas en el mundo son pequeñas y se están haciendo más pequeñas

De acuerdo a las cifras obtenidas, más del 90% de todas las fincas del mundo son “pequeñas”, y tienen en promedio 2.2 hectáreas (Tabla 1). Si se excluye de los cálculos a China e India – donde se localizan casi la mitad de las fincas campesinas a nivel mundial – las fincas pequeñas superan el 85% de todas las fincas del planeta. En más de dos tercios de los países del mundo, las fincas pequeñas – tal como se definen en cada uno de ellos – representan más del 80% de todas las fincas. En sólo nueve países, todos de Europa Occidental, las fincas campesinas son una minoría.8

Debido a un conjunto de fuerzas y factores tales como la concentración de la tierra, la presión demográfica o la falta de acceso a la tierra, la mayoría de las fincas pequeñas han ido reduciendo su tamaño con el tiempo. El tamaño promedio de las fincas se ha reducido en Asia y África. En India, el tamaño promedio de las fincas disminuyó más o menos a la mitad entre 1971 y 2006, aumentando al doble el número de fincas con una superficie menor a dos hectáreas. En China, la superficie promedio de tierra cultivada por familia cayó un 25% entre 1985 y 2000, y luego empezó a aumentar lentamente, debido al proceso de industrialización y concentración de la tierra. En África, el tamaño promedio de las fincas también está disminuyendo.9 En los países industrializados, el tamaño promedio de las fincas está aumentando pero no así el tamaño de las pequeñas.

Tabla 1: Distribución mundial de la tierra agrícola



Tierra agrícola (millones de hectáreas)

Número de fincas (millones)

Número de fincas pequeñas (miliones)

Fincas pequeñas como % del total de fincas

Tierra agrícola en fincas pequeñas (millones de hectáreas)

% de la tierra agrícola en fincas pequeñas

Tamaño promedio de las fincas pequeñas (ha)

Asia-Pacífico

1990.2447.6

420.3

93.9%

689.7

34.7%

1.6
China521.8200.6200.299.8%37070.9%1.8
India179.8138.3127.692.9%71.239.6%0.6
África1242.694.684.889.6%182.814.7%2.2
América Latina y el Caribe894.322.317.980.1%172.719.3%9.7
América del Norte478.42.41.976.8%125.126.1%67.6
Europa474.54237.288.5%82.317.4%2.2
TOTAL5080.1608.9562.192.3%1252.624.7%2.2
Notas: Todas las cifras sobre tierra agrícola fueron obtenidas de FAOSTAT. Las cifras sobre el número y tamaño de las fincas fueron obtenidos de las autoridades nacionales, cuando fue posible. Puede bajar la base de datos completos.


2. Las fincas pequeñas están siendo marginadas a menos de un cuarto de la tierra agrícola mundial.

El Cuadro 1 revela otra cruda realidad: las fincas pequeñas suman, en total, menos del 25% de la tierra agrícola a nivel mundial. Si se excluye India y China nuevamente, entonces la realidad es que las fincas campesinas controlan menos de la quinta parte de las tierras mundiales: 17,2% para ser precisos.

Gráfico 1: número de fincas pequeñas y la superficie que ellas ocupan. (Clic para ver gráfico aumentado) India y China ameritan especial atención debido al gran número de fincas y al gran número de campesinos que viven allí. En estos dos países, las fincas pequeñas aún ocupan un porcentaje relativamente alto de las tierras de cultivo. Si graficamos las cifras, podemos ver más claramente la disparidad entre número de fincas pequeñas y la superficie que ellas ocupan (Gráfico 1).

Las disparidades más extremas las encontramos en algo más de 30 países en los que más del 70% de las fincas son pequeñas, pero han sido relegadas a menos del 10% de la superficie agrícola del país. Tales casos se muestran en el Cuadro 2.

Cuadro 1: Los peores casos

Países donde las fincas campesinas son más del 70% y poseen menos del 10% de la tierra agrícola del país

África

Argelia, Angola, Botswana, Congo, Rep. Democrática del Congo, Guinea, Guinea-Bissau, Lesoto, Madagascar, Mali, Marruecos, Mozambique, Namibia, Zambia

AméricasChile, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela
AsiaIrán, Jordania, Kirguizistán, Líbano, Malasia, Nueva Zelandia, Qatar, Turkmenistán, Yemen
EuropaBulgaria, República Checa, Rusia

Fuente: Conjunto de datos sobre distribución de tierras recopilados por GRAIN.


Cuadro 2: Unas palabras sobre África

La cosecha de maíz en Narok, Kenya: si todas las instalaciones agrícolas del país tuvieran la misma productividad  que actualmente tienen las fincas campesinas del país, se duplicaría la producción agrícola de Kenya. (Foto: Ami Vitale / FAO) Como se puede ver en la Tabla 1, descubrimos que las fincas pequeñas en África representan el 90% de todas las propiedades agrícolas y sin embargo, poseen menos del 15% de la superficie agrícola total. Nuestras cifras contradicen la afirmación frecuente que la mayoría de la tierra agrícola en África es manejada por campesinos.10

Los datos sobre quién utiliza la tierra en África son difíciles de obtener. La mayor parte de los sistemas tradicionales de tenencia de la tierra en África han sido seriamente erosionados e incluso desmantelados desde tiempos coloniales. En muchos países la propiedad de la tierra ha sido convertida en estatal, o asignada a empresas de agronegocios, o a jefes locales. Esto tiene profundas implicaciones al clasificar la tierra y dar cuenta de su uso.11 Adicionalmente, está el problema de definir qué constituye tierra agrícola. En muchos casos, los gobiernos africanos definen “tierra agrícola” como la superficie que está siendo utilizada por cultivos en un periodo de tiempo determinado, dejando fuera grandes superficies de tierras utilizadas para pastoreo estacional y transhumante. Además, a menudo se excluye la tierra en barbecho, aquélla en sistemas de cultivos itinerantes, y la tierra usada por las comunidades que cultivan al interior de zonas de bosques.12

En contraste, la FAO, en su definición de tierra agrícola incluye las praderas permanentes, las sabanas y las tierras sembradas con cultivos perennes. Como consecuencia de lo anterior, la mayoría de los censos nacionales en África registran sólo una fracción de la superficie agrícola registrada por la FAO – menos de la mitad, en lo que respecta a toda la región. El método de estimación de la FAO es más adecuado para medir el uso de la tierra en la agricultura, razón por la cual usamos las cifras de FAOSTAT para establecer la cantidad de tierra agrícola en África. Donde se supone que la tierra es del Estado – y no se contabiliza como cultivada o utilizada por los campesinos de la localidad – existen las condiciones para la apropiación de tierras por parte de los grandes agricultores y empresas, con la excusa de que ellos desarrollarán las tierras no cultivadas. Por ley natural, sin embargo, esas tierras pertenecen a las comunidades locales quienes a menudo las utilizan en forma activa. Dado que hemos usado, en lo posible, los datos de censos nacionales entregados por los gobiernos para calcular la cantidad de tierra en manos de los pequeños agricultores, es probable que hayamos subestimado la situación en África. Es muy posible que los pequeños agricultores utilicen más que el 15% de la tierra de la región que muestran nuestros datos – pero el acceso de las comunidades a esta tierra no está garantizado y pueden perderla en cualquier momento.


3. Estamos perdiendo rápidamente fincas y agricultores en muchos lugares, mientras que las grandes fincas están haciéndose más grandes.

En casi todas partes, las fincas grandes han ido acumulando más tierras durante la última década, expulsando a muchos pequeños y medianos agricultores. Las estadísticas son dramáticas. La información oficial a la que pudimos tener acceso está resumida en el Cuadro 3.

La situación parece especialmente dramática en Europa, donde décadas de políticas agrícolas de la Unión Europea han significado la pérdida de millones de fincas. En Europa Oriental, el proceso de concentración de la tierra empezó formalmente después de la caída del muro de Berlín y la expansión de la Unión Europea hacia el este. Millones de agricultores fueron expulsados debido a la apertura de los mercados de Europa oriental a los productos subsidiados del Occidente. En Europa Occidental, por otra parte, las políticas agrícolas junto con los megaproyectos de infraestructura, trasporte y proyectos de urbanización han tenido un impacto desastroso. En la actualidad, las grandes fincas representan menos de 1% de todas las fincas de la UE como un todo, pero controlan el 20% de la tierra de cultivo.13, 14 Un estudio reciente de la Coordinadora Europea de la Vía Campesina y de la Alianza Manos fuera de la Tierra reveló que en la UE, las fincas de 100 hectáreas o más, que representan sólo el 3% del número total de fincas, controlan actualmente el 50% de la tierra cultivada.15

Cuadro 3: Pérdida de fincas, concentración de las tierras

ÁfricaA pesar que no encontramos estadísticas oficiales sobre la evolución del tamaño de las fincas y de la concentración de tierras en África, numerosos trabajos de investigación indican que, en una gran mayoría de los países, las fincas campesinas se están tornando cada vez más pequeñas debido a que, por la presión demográfica, los agricultores han tenido que compartir las tierras existentes entre más y más personas, ya que no han tenido acceso a nuevas tierras.16
Asia-Pacífico▪ Entre 1980 y 2005, Japón perdió 60% de sus fincas menores a 2 hectárea.17

▪ Australia registra un 22% menos de fincas entre 1986 y 2001 y, luego un 15% menos entre 2001 y 2011.18

▪ En Nueva Zelandia, el número de fincas ha ido decreciendo constantemente desde los años 1990. Las fincas más afectadas son las de tamaño medio, en tanto que el número de fincas de tamaño pequeño (menos de 40 ha.) y grande (más de 800 ha.) ha aumentado alrededor de un 35% en cada caso, entre los años 1999 y 2002.19

▪ En Indonesia, país que ha ido transformando activamente superficies de bosques a tierras de uso agrícola, el número de fincas pequeñas ha aumentado en 75% entre 1963 y 1993, pero la superficie de tierras en sus manos ha aumentado menos del 40% ya que, las tierras deforestadas recientemente han sido convertidas en grandes plantaciones de palma aceitera. Entre 1993 y 2008, el número de fincas de menos de 0.5 hectáreas ha aumentado en un 50%, lo que indica que los pequeños agricultores están siendo presionados para dividir sus tierras.20

▪ En Azerbaiján, 20% de todas las fincas desaparecieron entre 2000 y 2011.21

▪ En Bangladesh, entre 1996 y 2005, el número de fincas aumentó 23% pero, el número de familias rurales sin tierra se disparó en un 44%.22

Europa23▪ En Europa Occidental, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania y Noruega han perdido, desde los años 70, alrededor de 70% de todas sus fincas y en algunos casos la pérdida se ha acelerado.

▪ Las cosas no están mejores en Europa Oriental. Desde el año 2003 al 2010, Bulgaria, Estonia, la República Checa y Eslovaquia perdieron más del 40% de sus fincas.

▪ Sólo Polonia perdió casi 1 millón de agricultores entre el 2005 y 2010.

▪ En toda la UE, más de 6 millones de fincas desaparecieron entre los años 2003 y 2010, quedando el número total de fincas casi al mismo nivel de la cantidad existente en al año 2000, antes de la inclusión de 12 nuevos miembros, quienes aportaron 8,7 millones de agricultores.

América Latina▪ Argentina perdió más de un tercio de sus fincas en las dos décadas comprendidas entre 1988 y 2008; sólo entre los años 2002 y 2008 la disminución fue de un 18%.24

▪ En la década comprendida entre 1997 y 2007, Chile perdió el 15% de todas sus fincas. Las fincas de mayor tamaño, con propiedades de más de 2 mil hectáreas, se incrementaron 30% en número pero, duplicaron su tamaño promedio desde 7mil a 14 mil hectáreas por finca.25

▪ En Colombia, los pequeños agricultores han perdido alrededor de la mitad de sus tierras, a partir de 1980.26

▪ En Uruguay, sólo desde 2000, el número de fincas cayó un 20% afectando, especialmente, a las fincas pequeñas, las que disminuyeron su número en 30% y perdieron un 20% de la tierra.27

EUAEstados Unidos ha perdido 30% de todas sus fincas en los últimos 50 años. Sin embargo, el número de las fincas muy pequeñas casi se ha triplicado, en tanto el número de fincas muy grandes se ha más que quintuplicado.28 En consecuencia, existen más fincas muy chicas y muy grandes, pero cada vez menos fincas de tamaño mediano.29

La información oficial sobre pérdidas de fincas y concentración de tierras en África y Asia es difícil de obtener y, la situación ahí es menos clara en la medida que, a menudo, están actuando factores y fuerzas contradictorios. En muchos países con altas tasas de crecimiento poblacional, el número de fincas pequeñas está aumentando en la medida que ellas son divididas entre los hijos. Al mismo tiempo, la concentración de la tierra está en aumento.

La rápida expansión de grandes fincas productoras de materias primas industriales es un fenómeno relativamente reciente en África, en tanto que ha estado sucediendo por décadas en muchos países de Latinoamérica (p.ej. soya en Brasil y Argentina) y en algunos de Asia (p.ej. palma aceitera en Indonesia y Malasia). El Anexo 2 y el Gráfico 3 entregan antecedentes y cifras para unos pocos cultivos industriales importantes. La conclusión es indiscutible: a través del mundo, más y más tierra agrícola fértil es ocupada por grandes fincas que producen materias primas industriales para exportación, presionando a los pequeños productores a una siempre decreciente participación sobre la tierra agrícola mundial.

La invasión de las mega-fincas

¿Por qué está siendo arrinconada en forma creciente la agricultura campesina a una fracción cada vez más pequeña de las tierras agrícolas mundiales? Existen muchos factores y fuerzas complejas en juego que explican los procesos de desplazamiento y de expulsión de familias, comunidades y pueblos del campo. Uno, sin duda, es la urbanización y la ocupación de tierras agrícolas fértiles por el cemento con el fin de atender a las necesidades de las ciudades en expansión y sus requerimientos de transporte. Otro más, es la floreciente expansión de la industria extractiva (minería, petróleo, gas y, últimamente fracking), del turismo y de los proyectos de infraestructura —y la lista continúa.

La principal preocupación de las grandes granjas corporativas, como esta plantación de soja, es el retorno de la inversión, que se maximiza con bajos niveles de gasto. A pesar de lo arrolladoras que resultan las presiones recién señaladas, la tremenda expansión de las fincas dedicadas a los monocultivos industriales es quizás el factor más importante detrás del desalojo de los pequeños agricultores. Los inmensos requerimientos de las industrias de alimentos y energía están desplazando las tierras agrícolas y el agua desde la esfera de producción local de alimentos hacia la producción de insumos para la transformación industrial. El Gráfico 2 muestra que sólo cuatro cultivos —soya, palma aceitera, colza (o raps) y caña de azúcar— han cuadruplicado la superficie ocupada durante las últimas cinco décadas. Todos ellos están siendo cultivados principalmente en grandes fincas industriales.

Desde la década de 1960, 140 millones de hectáreas de campos y bosques han sido masivamente ocupadas por estas plantaciones. Para poner las cosas en perspectiva: aproximadamente, esta superficie es equivalente a toda la tierra agrícola de la Unión Europea. Y la invasión claramente se ha ido acelerando: casi el 60% de este cambio en el uso del suelo ocurrió en las dos últimas décadas. Esta situación no toma en cuenta ninguno de los otros monocultivos que rápidamente están dando lugar a mega fincas, ni el tremendo crecimiento del sector forestal industrial. La FAO calcula que sólo en los países en desarrollo, las plantaciones des monocultivos forestales crecieron más del 60%, de 95 a 154 millones de hectáreas, sólo entre los años 1990 y 2010. Otros autores entregan cifras superiores y señalan que la tendencia está acelerando.30 Muchas de estas nuevas plantaciones están invadiendo bosques naturales pero también avanzan sobre tierras agrícolas en manos campesinas.

Un equipo investigador en Austria analizó los flujos comerciales de los cultivos agrícolas con relación al uso de la tierra concluyendo que la superficie total de tierra agrícola dedicada a la producción de cultivos de exportación creció rápidamente – casi 100 millones de hectáreas sólo en las dos últimas décadas – mientras que la superficie dedicada a la producción de cultivos de uso doméstico permaneció prácticamente sin cambios.31

Si no ocurren cambios drásticos en las políticas gubernamentales, esta agresión por parte de los monocultivos de materias primas seguramente seguirá en aumento. Según la FAO, de aquí al año 2050, la superficie mundial sembrada con soya se habrá incrementado en una tercera parte hasta alcanzar 125 millones de hectáreas aproximadamente, la de caña de azúcar, en 28%, hasta 27 millones de hectáreas y, la de la colza (o raps), en 16%, hasta 36 millones de hectáreas.32 En cuanto a la palma aceitera, actualmente hay 15 millones de hectáreas bajo producción para aceite comestible (no biocombustibles) los que, se estima, se duplicarán hacia el 2050, 33 La mayoría de esto sucederá en África, Asia y Latinoamérica. La soya y la caña de azúcar se producen principalmente en Latinoamérica y la palma aceitera en Asia; sin embargo, estos cultivos se están introduciendo agresivamente en África y Latinoamérica como parte de la ola mundial de acaparamiento de tierras.

Gráfico 2: La invasión mundial de los monocultivos industriales. (Clic para ver gráfico aumentado) A esta tendencia se suma otro fenómeno reciente: la nueva ola de acaparamiento de tierras. Agencias como el Banco Mundial han estimado que entre los años 2008-2010, al menos 60 millones de hectáreas de tierras agrícolas fértiles han sido arrendadas o vendidas a inversionistas extranjeros para realizar proyectos agrícolas de gran escala, más de la mitad de ellas en África.34. Estos nuevos proyectos agrícolas a gran escala han desalojado un número incalculable de campesinos, pastores y pueblos indígenas de sus territorios.35 Sin embargo, nadie parece tener mucha claridad sobre cuánta tierra ha cambiado de dueños debido a estos negocios, durante los últimos años. La cifras, que posiblemente son cientos de millones de hectáreas de tierra agrícola arrebatadas a las comunidades rurales, aún no se ven reflejadas en las estadísticas oficiales de las que dispusimos para este estudio.

Otra forma de mirar la distribución de la tierra es a través del Índice de Gini, una herramienta estadística que va desde 0 (que indica equidad perfecta) hasta 1 (que indica inequidad total). Por ejemplo, cuando este índice se calcula para distribución del ingreso, los países con índices de Gini sobre 0,5 se consideran “altamente desiguales”. GRAIN reunió datos del índice de Gini para la distribución de tierras agrícolas en más de 100 países.36 La mayoría de ellos tienen un índice de Gini sobre 0,5, muchos superan 0,8 y algunos, incluso, sobrepasan 0,9. En las Américas, todos los países para los que encontramos información tienen un índice sobre 0,5 y, la mayoría de ellos alcanzan 0,8-0,9. En Europa, de 25 países con información disponible, sólo tres tienen índice de Gini bajo 0,5. Cuando los datos han estado disponibles por más de un año, la tendencia más común es que el índice se incremente indicando, que la inequidad sobre las tierras es creciente.


4. A pesar de sus recursos cada vez más escasos, los campesinos siguen siendo los principales productores de alimentos del mundo

Mercado campesino en Turquía: el papel de la mujer en la alimentación del mundo no se recoge de forma adecuada los datos oficiales ni en las herramientas estadísticas. (Foto: Proyecto Mick Minnard / Suzanne 's Project) Vivimos tiempos en que la agricultura se juzga casi exclusivamente por su capacidad de producción de materias primas, y se ha olvidado que el papel principal de ella es alimentar a la gente. Este sesgo también se ha introducido en los censos nacionales, y muchos países no incluyen preguntas sobre quién produce qué y con qué medios. Sin embargo, cuando esta información está disponible, emerge una imagen clara: los campesinos aún son los que producen la mayoría del alimento. Ellos están alimentando al mundo. El Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), la FAO y el Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación de las Naciones Unidas, todos estiman que la agricultura campesina produce hasta 80% del alimento en los países no industrializados.37

El Cuadro 5 muestra el porcentaje de alimentos producidos por la agricultura campesina en aquellos países donde GRAIN pudo obtener datos de buena calidad. A través de una amplia gama de países, los datos muestran que los pequeños agricultores producen un porcentaje de alimentos del total nacional mucho mayor de lo que podría esperarse de la pequeña porción de tierras que aún mantienen.

Cuadro 5: Poca tierra, gran producción de alimentos

País

Producción de alimentos en fincas pequeñas vs cantidad de tierra que ocupan

Bielorusia

Con 17% de la tierra, los pequeños agricultores producen: 87,5% de las frutas y bayas; 82% de las papas; 80% de las hortalizas y 32% de los huevos,38

Botswana

Las fincas pequeñas son 93% de todas las fincas, tienen menos de 8% de la tierra agrícola y producen: 100% del maní; 99% del maíz; 90% del mijo; 73% de los frijoles y 25% del sorgo.39

Brasil

El 84% de las fincas son pequeñas y controlan el 24% de la tierra, así y todo producen: 87% de la mandioca; 69% de los frijoles; 67% de la leche de cabra; 59% de los cerdos; 58% de la leche de vaca; 50% de los pollos; 46% del maíz; 38% del café; 33.8% del arroz y 30% del ganado.40

C. América

Con 17% de la tierra agrícola, los pequeños agricultores aportan el 50% de toda la producción agrícola. 41

Chile

En el año 1997, los pequeños agricultores eran dueños del 6% de la tierra y producían: 51% de las hortalizas; 40% de los cultivos extensivos; 26% de los cultivos industriales (betarraga azucarera, maravilla, raps); 23% de las frutas y viñas; 22% de los cereales y el 10% de las praderas.42

Cuba

Con el 27% de la tierra, los pequeños agricultores producen: 98% de la fruta; 95% de los frijoles; 80% del maíz; 75% de los cerdos; 65% de las hortalizas; 55% de la leche de vaca; 55% del ganado y 35% del arroz. 43

Ecuador

Casi el 56% de los agricultores son pequeños y tienen menos del 3% de la tierra, pero producen: más de la mitad de las hortalizas; 46% del maíz; más de un tercio de los cereales; más de un tercio de las legumbres; 30% de las papas y, 8% del arroz. 44

El Salvador

Con sólo 29% de la tierra, los pequeños agricultores producen: 90% de los frijoles, 84% del maíz y 63% del arroz, los tres alimentos básicos. La agricultura de traspatio, incluso con menores superficies agrícolas, provee 51% de los cerdos, 20% de las aves de corral y la mayor parte de las frutas tradicionales.45

Hungría

Las fincas pequeñas controlan 19% de la tierra y obtienen un 25% del margen bruto estándar total del sector agrícola. 46

Kazajistán

Un poco más del 97% de las fincas son pequeñas y operan el 46% de la tierra, produciendo: 98% de la fruta y bayas; 97% de la leche; 95% de las papas; 94% de los melones; 94% de las hortalizas; 90% de la carne; 78% de la betarraga azucarera; 73% de la maravilla; 51% de los cereales y 42% de los huevos.47

Kenia

En 2004, con tan sólo 37% de la tierra, las fincas pequeñas produjeron 73% del producto agrícola. 48

Rumania

Las fincas familiares son 99% de todas las fincas, y tienen el 53% de la tierra, con un promedio de 1.95 ha/finca. Ellos mantienen: 99% de las ovejas; 99% de las ovejas; 99% de las abejas; 90% del ganado; 70% de los cerdos y el 61% de las aves de corral. 49

Rusia

Las fincas pequeñas tiene 8.8% de la tierra pero participan con el 56% de la producción agrícola, incluyendo: 90% de las papas; 83% de las hortalizas; 55% de la leche; 39% de la carne y 22% de los cereales. 50

Tayikistán

Las fincas pequeñas tienen el 45% de la tierra y participan con un 58% de toda la producción agrícola. 51

Ucrania

Los pequeños agricultores operan 16% de la tierra agrícola, pero producen 55% del producto agrícola, incluyendo: 97% de papas; 97% de la miel; 88% de hortalizas; 83% de frutas y bayas y 80% de la leche. 52

¿Si los pequeños agricultores tienen tan poca tierra, cómo pueden producir la mayoría del alimento en tantos países? Una razón es que las fincas pequeñas tienden a ser más productivas que las grandes, como explicaremos en la siguiente sección. Otro factor es esta constante histórica: las fincas pequeñas o fincas campesinas priorizan la producción de alimentos. Ellas tienden a centrarse en el mercado local y nacional y en sus propias familias. La mayor parte de lo que producen no se registra en las estadísticas nacionales de comercio, sin embargo, llega a quienes la necesitan: los pobres rurales y urbanos.

Las grandes fincas empresariales, por otra parte, tienden a producir materias primas y se centran en los cultivos de exportación, mucho de los cuales no son para la alimentación humana. Estos incluyen cultivos para alimento animal, biocombustibles, productos de la madera y otros cultivos no alimenticios. El primer objetivo de estas fincas empresariales es el retorno sobre la inversión, el que es maximizado a bajos niveles de gastos y por lo tanto, a menudo implica un uso menos intensivo de la tierra. La expansión de grandes plantaciones de monocultivos, como se discutió anteriormente, es parte de este cuadro. Las grandes fincas de empresas a menudo tienen, además, considerables reservas de tierra no utilizadas hasta que la tierra que actualmente estén cultivando o pastoreando se agote.

Los pequeños agricultores no son sólo la principal fuente de alimentos del presente, sino que, también, la del futuro. Las agencias internacionales de desarrollo están advirtiéndonos constantemente que necesitaremos el doble de producción de alimentos en las próximas décadas. Para lograrlo, por regla general nos recomiendan una combinación de liberalización del comercio y la inversión además de nuevas tecnologías. Sin embargo, ello creará más desigualdad solamente. El verdadero desafío es devolver el control y los recursos a los campesinos y pueblos indios y promulgar políticas agrícolas para apoyarlos.

En un estudio reciente sobre pequeños agricultores y agroecología, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Alimentación concluye que la producción mundial de alimentos podría duplicarse en una década si se implementaran políticas correctas relacionadas con la agricultura campesina y tradicional. Revisando la investigación científica disponible actualmente, él muestra que las iniciativas agroecológicas de los pequeños agricultores ya han producido un aumento de 80% en el rendimiento promedio de los cultivos en 57 países en desarrollo, con un promedio de crecimiento de 116% para todas las iniciativas africanas evaluadas. Otros proyectos recientes realizados en 20 países africanos prevén una duplicación en los rendimientos de los cultivos en un corto periodo de tiempo de sólo tres a diez años.53

Entonces, lo que hay que preguntarse es ¿cuánto más alimentos podrían producirse, ahora ya, si las y los campesinos tuvieran acceso a más tierras y pudieran trabajar en un entorno de políticas de apoyo y no bajo las condiciones de verdadera guerra que enfrentan hoy día?


5. Las fincas pequeñas no sólo producen la mayoría de los alimentos sino que, además, son las más productivas

En Brasil, el 84% de las fincas son pequeñas, y controlan menos del 24% de la tierra. Sin embargo, producen la mayor parte de los alimentos del país. (Foto: PNUD) Para algunas personas, la idea que las fincas campesinas sean más productivas que las fincas grandes, puede parecer contradictoria. Después de todo, por décadas se nos ha dicho que la agricultura industrial es más eficiente y más productiva. En realidad, es al revés. La relación inversa entre tamaño de finca y productividad quedó establecida hace décadas y es apodada “la paradoja de la productividad”.54

En la Unión Europea, 20 países registran producciones por hectárea mayores en fincas pequeñas que en las fincas grandes. En nueve países de la Unión Europea, la productividad de las fincas pequeñas es al menos el doble que la de las fincas grandes.55 En los siete países donde las fincas grandes tienen una mayor productividad que las pequeñas, esta diferencia es sólo marginal.56 Esta tendencia está confirmada por numerosos estudios en otros países y regiones, todos los cuales muestran una mayor productividad de las fincas pequeñas. Por ejemplo, nuestros datos indican que, en Kenia, si todas las fincas tuvieran la actual productividad de las pequeñas fincas del país, la producción del país podría duplicarse. En América Central y Ucrania, podría casi triplicarse. En Hungría y Tajikistán podría incrementarse en 30%. En Rusia, podría multiplicarse por seis.57

Aunque las fincas grandes generalmente consumen más recursos, controlan las mejores tierras, obtienen la mayor parte del agua de riego e infraestructura, obtienen la mayoría del crédito financiero y de la asistencia técnica, y son aquéllos para los que se diseñan la mayoría de los insumos modernos, tienen menor eficiencia técnica y por tanto, menor productividad total. Mucho de ello tiene que ver con los bajos niveles de uso de mano de obra en las fincas grandes, con el fin de maximizar las ganancias sobre la inversión.58

Además de las mediciones de productividad, las fincas pequeñas también son mucho mejores en la producción y utilización de la biodiversidad, en la mantenimiento del paisaje, la contribución a las economías locales, provisión de oportunidades de trabajo y promoviendo la cohesión social, por no mencionar su real y potencial contribución a revertir la crisis climática.59


6. Las mujeres constituyen la mayoría del campesinado, pero su contribución es ignorada y marginada.

El papel de la mujer en la alimentación mundial no ha sido registrado adecuadamente por los datos oficiales y los instrumentos estadísticos. La FAO, por ejemplo, define como “económicamente activo en agricultura” a aquellas personas que obtienen ingresos monetarios de ésta. Usando este concepto, ¡FAOSTAT señala que el 28% de la población rural de Centroamérica es “económicamente activa” y que las mujeres conforman sólo el 12% de ese porcentaje!60

Esta visión distorsionada no cambia significativamente de país en país. Sin embargo, cuando hay datos más específicos, emerge un cuadro totalmente diferente. Las últimas cifras publicadas del censo agropecuario en El Salvador indican que las mujeres son sólo el 13% de los “productores” (cuando en realidad se refieren a los propietarios), muy en línea con la cifra entregada por FAO.61 Sin embargo, el mismo censo indica que las mujeres proveen el 62% de la fuerza de trabajo utilizada dentro de las fincas familiares. La situación en Europa es mejor para las mujeres, pero aún es muy desigual. Ahí, los datos muestran que las mujeres son menos de la cuarta parte de los administradores de fincas, pero proveen casi el 50% de la fuerza de trabajo.62

Cultivo de yuca en las orillas del Mekong: Las fincas campesinas tienden a darle prioridad a la producción de alimentos por encima de la producción de cultivos de materias primas o de exportación. (Foto: New Mandala) Las estadísticas sobre el papel de las mujeres en Asia y África son difíciles de obtener. De acuerdo a la FAOSTAT, sólo el 30% de la población rural africana es económicamente activa en agricultura y 40% en Asia – de las cuales alrededor del 45% son mujeres y 55% hombres.63 Sin embargo, estudios realizados o citados por FAO muestran números totalmente diferentes, indicando que en los países no industrializados 60% al 80% del alimento es producido por mujeres.64 En Ghana y Madagascar, las mujeres representan aproximadamente el 15% de los dueños de fincas, pero entregan el 52% de la fuerza de trabajo familiar y constituyen cerca del 48% de los asalariados agrícolas.65 En Camboya, sólo el 20% de los propietarios agrícolas son mujeres, pero proveen 47% de la fuerza de trabajo agrícola remunerada y casi el 70% de la fuerza de trabajo en las fincas familiares.66 En la República del Congo, las mujeres dan cuenta del 64% de toda la fuerza de trabajo agrícola y son responsables de alrededor del 70% de la producción de alimentos.67 En Turkmenistán y Tajikistán, las mujeres representan el 53% de la población agrícola activa.68 Existe muy poca información acerca de la evolución en la contribución de la mujer a la agricultura, pero su participación parece estar aumentando en la medida que las migraciones han dado lugar a que las mujeres y niñas asuman la mayor parte de la carga de trabajo de aquellos que se van.69

Según la FAO, menos del 2% de los titulares de tierras a nivel mundial son mujeres, aunque las cifras varían ampliamente.70 Sin embargo, existe un amplio consenso que, incluso donde la tierra está registrada como propiedad familiar o colectiva, los hombres gozan de poderes más amplios sobre ella que las mujeres. Por ejemplo, una situación muy común es que los hombres pueden tomar decisiones sobre la tierra en nombre de ellos mismos y sus cónyuges, pero las mujeres no pueden. Otro impedimento es que al otorgar créditos los gobiernos y bancos requieren que las mujeres presenten alguna forma de autorización de sus esposos o padres, en tanto que los hombres no tienen tal exigencia. No es sorprendente, entonces, que las cifras disponibles muestren que sólo el 10% de los préstamos agrícolas se entreguen a mujeres.71

Adicionalmente, las leyes y costumbres sobre la herencia a menudo están en contra de las mujeres. Los hombres tienden a tener prioridad o exclusividad absoluta sobre la tierra heredada. En muchos países, las mujeres nunca obtienen control legal sobre la tierra pasando a sus hijos en caso de quedar viudas, por ejemplo.

Los datos señalados más arriba apoyan el argumento que las mujeres son las principales productoras de alimentos del planeta, aunque su contribución permanezca ignorada, marginada y discriminada.


Revirtiendo la tendencia: entregar a los agricultores pequeños los medios para alimentar al mundo.

Como lo muestran las cifras, la concentración de la tierra está llegando a niveles extremos. Hoy en día, la gran mayoría de las familias agricultoras tienen menos de dos hectáreas para alimentarse a sí mismos y a la humanidad. Y la cantidad de tierra a la que tienen acceso está disminuyendo. Es entonces absurdo esperar que sean capaces de mantenerse sólo con lo que la tierra les permite obtener. La mayoría de las familias campesinas necesitan tener algunos miembros de la familia trabajando fuera de la finca con el fin de poder permanecer en la tierra. A menudo esta situación se describe eufemísticamente como “diversificación”, pero en realidad, ello significa aceptar bajos salarios y malas condiciones de trabajo. Para las familias rurales de muchos países, significa migraciones masivas y permanente inseguridad tanto para aquéllos que se van como para los que se quedan. Por otra parte, vivir y trabajar en una finca pequeña frecuentemente consiste en jornadas de trabajo largas y dificultosas, sin vacaciones, sin pensiones, sin edad para jubilar y asistencia irregular de los niños a la escuela.

Si el proceso de concentración de la tierra continúa, no importará lo trabajadores, eficientes y productivos que sean, las familias y comunidades campesinas e indígenas no serán capaces de salir adelante. La concentración de las tierras agrícolas fértiles en menos y menos manos está directamente relacionada con el número creciente de personas que pasan hambre todos los días. Una reforma agraria genuina no sólo es necesaria, es urgente. Y debe ser llevada a cabo según las necesidades de las familias y comunidades campesinas e indígenas. Una de esas necesidades es que los territorios se reconstituyan y la tierra sea redistribuida a los pequeños agricultores como un bien inalienable, no como un activo comercial que se pierda si las familias y comunidades en el campo no son capaces de lidiar con las situaciones de gran discriminación a las que se enfrentan. Las comunidades agrícolas debieran también ser capaces de decidir por ellos y para ellos mismos y sin presión, el tipo de tenencia de la tierra que ellos quieran practicar.

La situación que enfrentan las mujeres campesinas también requiere de acciones urgentes. Muchas organizaciones internacionales y gobiernos están discutiendo estos temas y el acceso a la tierra para las mujeres es parte de las Metas del Milenio. La FAO ha escrito abundantes documentos sobre la materia abogando por el derecho de las mujeres sobre la tierra y los recursos agropecuarios. El tema también aparece de forma permanente en los documentos de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, la Fundación Gates, el G8 y el G20, entre otros. Sin embargo, lo que estas instituciones defienden no es por lo que están luchando las mujeres campesinas y las organizaciones de mujeres, sino un sistema de derechos sobre la tierra basado en títulos de propiedad individual que pueden ser comprados y vendidos o utilizados como garantía hipotecaria, y que posiblemente lleve a una concentración mayor de la tierra, tal como ha sucedido históricamente alrededor del mundo con la entrega de derechos de propiedad individuales a los hombres.72

No hacer nada para cambiar esta situación alrededor del mundo, sería desastroso para todos nosotros. Los campesinos y pueblos indios —que son la gran mayoría de los que cultivan la tierra, que tienden a ser los más productivos y quienes producen actualmente la mayor parte del alimento en el mundo— están perdiendo la base misma de sus medios de subsistencia y de su existencia: la tierra. Si no hacemos algo, el mundo perderá su capacidad para alimentarse a sí mismo. El mensaje, entonces, es claro. Necesitamos, en forma urgente y a una escala nunca antes vista, revisar y relanzar programas de reforma agraria y reconstitución territorial genuinos que devuelvan la tierra a manos campesinas e indígenas.




Anexo 1: Los datos

¿Qué fuentes de información usamos?

Reuniendo y analizando datos sobre distribución de tierras surgieron preguntas y problemas importantes. En primer lugar, los datos sobre fincas, agricultores, gente rural y alimentos, a menudo son poco uniformes, sesgados o influenciados por las realidades políticas del momento o por quienes los recolectan. En segundo lugar, los criterios de clasificación y las definiciones son muy variables.

Aunque las estadísticas gubernamentales no son una excepción a estos problemas, en la medida de lo posible usamos las fuentes oficiales, la mayoría de las veces entregada por los censos agropecuarios nacionales, porque ellos proporcionan los datos más completos. También usamos información provista por la FAOSTAT y otras fuentes de la FAO e incorporamos trabajos de investigación cuando algún dato no estaba disponible a nivel nacional. Esto significó que usáramos datos de diferentes años, en algunos casos de más de 10 años atrás. Si ello tuvo algún impacto en nuestros resultados, lo más probable es que se haya sobrestimado la cantidad de tierras en manos campesinas ya que, con pocas excepciones, la tendencia mundial es a que éstas se disminuyan. Las fuentes para cada caso, se indican en el conjunto de datos que acompañan este informe.73

Fuera de Europa y las Américas, la información para aproximadamente un cuarto de los países del mundo – lo que representa alrededor del 12% de toda la tierra agrícola y un porcentaje similar en cuanto a la población rural mundial – fue parcial o simplemente no estaba disponible. En esos países, estimamos el número de fincas totales y de fincas pequeñas y, la cantidad de tierra en manos de los pequeños productores basándonos en la tierra agrícola total (provista por FAOSTAT), la población rural (provista por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas) y el tamaño promedio de las unidades familiares en cada país (provista por Habitat de las Naciones Unidas).

¿Qué definición de fincas pequeñas se utilizó?

Arroz inundado en Orissa: el tamaño promedio de las fincas en la India se redujo más o menos  a la mitad entre 1971 y 2006, duplicando el número de fincas que miden menos de dos hectáreas. (Foto: Biswaranjan Rout / Associated Press) ¿Qué es una pequeña finca? La superficie de tierra que ocupa no es el único parámetro significativo. Una finca de veinte hectáreas puede ser muy grande en India pero muy pequeña en Argentina. El acceso al riego, la fertilidad del suelo, el tipo de producción, el clima y la topografía, son todos factores para determinar qué se considera una finca pequeña y qué no. Está claro que no existe una definición universal para finca pequeña y GRAIN no tiene ninguna posibilidad de adoptar una. Construir o proponer una definición que incluya todo sería imposible porque en muchos casos no podría aplicarse debido a la información disponible o sería imposible interpretar esa información.


También hemos evitado el concepto de “”finca familiar” que la FAO y otros están promoviendo en el contexto del Año Internacional de la Agricultura Familiar. Aunque pueda ser un concepto significativo en muchos países, las definiciones usadas son tan amplias y ambiguas que podrían esconder claras contradicciones, muchas veces con consecuencias inesperadas. Por otra parte, pocas estadísticas oficiales entregan datos sobre la agricultura familiar.

De esta forma, decidimos utilizar la definición de “pequeños agricultores” entregada por las autoridades nacionales de cada país. Cuando no había definiciones disponibles, adoptamos la definición del Banco Mundial (hogares agrícolas con menos de 2 hectáreas). Se hizo una excepción en el caso de Estados Unidos, donde, de acuerdo al criterio oficial, una finca es pequeña si vende menos de un cuarto de millón de dólares al año. Dado que esta definición podría contraponerse seriamente con otros criterios sobre lo que es una finca `campesina (tales como el destino de la producción o la fuente de trabajo), seleccionamos la definición planteada por la Universidad de Lincoln (Nebraska), que define las fincas pequeñas como aquellas que venden US$ 50.000 por año o menos.

Por consiguiente, hemos usado varias definiciones de pequeñas fincas en este informe. Estas definiciones se basan en datos y mediciones tan dispares como ingreso bruto, ventas brutas, cantidad de tierra, fuente del trabajo agrícola y tipos de recursos – o combinaciones de ellos. Aún así, creemos que este enfoque entrega la mejor aproximación de la realidad, ya que los criterios utilizados por cada país efectivamente representan ciertos aspectos de las fincas pequeñas.

¿De qué clase de tierra estamos hablando?

Los agricultores y más aún los campesinos realizan un amplio rango de actividades bajo muy diversas formas. Estos incluyen manejo intensivo de cultivos hortícolas, rotación de cultivos con forrajeras anuales, sistemas de agrosilvicultura, cultivos itinerantes, crianza de ganado, piscicultura y pastoreo, o cualquier combinación de los anteriores.

Los gobiernos y la FAO clasifican la tierra bajo diferentes categorías de acuerdo a cómo se utiliza y recopilan la información de acuerdo a esas categorías. La UE toma en cuenta toda la tierra de la finca sin importar cómo está siendo cultivada o utilizada. Lo mismo sucede en Estados Unidos, Brasil, Argentina e India. En África, sin embargo, muchos gobiernos excluyen de las estadísticas las tierras comunes y las áreas de pastura. Una vez más, se emplean diferentes criterios y no hay manera de seleccionar o desagregar los datos (por ejemplo, tierra cultivada versus tierra agrícola total) que los gobiernos u otras instituciones ha recopilado bajo una sola partida.

La FAO entrega información sobre tierra agrícola total para casi todos los países del mundo, incluso para aquellos que no tienen datos censales disponibles y define tierra agrícola total como la suma de las siguientes superficies:

  • tierra arable – tierra bajo cultivos temporales, praderas temporales para corte o pastoreo, tierra bajo huertas comerciales y caseras y tierras bajo barbechos temporales (menos de 5 años).
  • cultivos permanentes – tierra cultivada con cultivos de largo plazo que no tienen que ser replantados por varios años (como café y cacao); tierra bajo árboles y arbustos productores de flores como rosas y jazmines; y viveros ( excepto aquellos para especies forestales, las que se clasifican como “bosque”); y,
  • praderas y pastos permanentes – tierra utilizada permanentemente (5 o más años) para el crecimiento de especies forrajeras herbáceas, ya sea cultivadas o silvestres (praderas naturales o tierras de pastoreo).74

Para calcular el total de tierra agrícola de cada país, usamos la definición más inclusiva de la FAO y su información asociada.

Ausencias: los sin tierra, los productores urbanos de alimentos, las industrias extractivas y el acaparamiento de tierras.

Nuestra investigación dejó fuera numerosas realidades, ya sea porque estaban más allá del alcance del estudio o porque no encontramos información suficiente. Una omisión importante es la situación de las y los campesinos y trabajadores sin tierra. La falta de tierras es una realidad importante y en aumento en muchos países, tal como lo testifica claramente el Movimento dos Trabalhadores Sem Terra (MST), el movimiento social más grande de Brasil. Tampoco incluimos en nuestro análisis a los productores urbanos de alimentos, un factor de creciente importancia en la producción de alimentos a nivel mundial. Muy pocos países entregan datos acerca de ellos, y nosotros no pudimos recopilar información significativa sobre su situación en el mundo.

A través de nuestro trabajo y el de nuestros colaboradores, GRAIN está muy consciente que la urbanización, la industria extractiva, las represas hidroeléctricas y otros muchos mega proyectos están avanzando cada vez más sobre tierras agrícolas, tierras forestales, fuentes de agua, comunidades agrícolas y territorios de pueblos indígenas. Estos están afectando masivamente la disponibilidad de tierra agrícola en el mundo, pero si bien es cierto que su rápida expansión es relativamente reciente, no han sido adecuadamente registrados en las estadísticas sobre tierra agrícola.

Finalmente, también omitimos en nuestros cálculos el reciente fenómeno de acaparamiento de tierras que está entregando, en manos de las grandes corporaciones, millones de hectáreas de tierras agrícolas fértiles y deprivando a decenas de miles de comunidades agrícolas de sus medios de subsistencia. El actual acaparamiento de tierras despegó recién en a la última década y aún no ha sido registrado en las estadísticas oficiales.




Notas


1 José Graziano da Silva, discurso inaugural del Foro Mundial sobre Agricultura Familiar, Budapest, 5 de marzo, 2014.

2 Sarah K. Lowder, Jakob Skoet and Saumya Singh, “What do we really know about the number and distribution of farms and family farms in the world?“ Documento referencial para El Estado de los Alimentos y la Agricultura 2014. FAO, abril 2014. Cifras citadas en la página 8. Ver también: FAO, “Family farmers - feeding the world, caring for the earth”, 2014.

4 Wenbiao Cai, professor de la Universidad de Winnipeg, señala en varios estudios que las fincas pequeñas dan cuenta de la mayoría de la tierra agrícola en los países no industrializados. Otros ejemplos incluyen a partidarios de los movimientos de pequeños agricultores como Miguel Altieri, quien señala que las fincas pequeñas en América Latina “ocupan el 34.5% del total de tierra cultivada”, o Greenpeace, quien señala que “los agricultores en pequeña escala constituyen la mayor parte de la tierra agrícola mundial”.

5 Varias personas se dieron el tiempo de revisar y comentar los primeros borradores de este informe o, nos ayudaron con algunos problemas. Sus aportes fueron muy útiles y estamos muy agradecidos de ellos. Ellos incluyen: Maria Aguiar, Valter Israel da Silva, Thomas Kastner, Carlos Marentes, Pat Mooney, Ndabezinhle Nyoni, Jan Douwe van der Ploeg, Mateus Santos, Chris Smaje and Liz Aldin Wiley

6 Cuando hablamos de agricultores o campesinos en este informe, queremos decir productores de alimentos incluyendo aquellos que crían ganado – como vaqueros y pastores, pescadores, cazadores y recolectores.

8 Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Holanda y Noruega.

10 Por ejemplo, FAO afirma en “Smallholders and family farmers”, que “Ochenta por ciento de la tierra agrícola en África sub-Sahariana y Asia está administrada por pequeños propietarios”, 2012.

11 La discusión en algunos casos de países específicos puede verse en “Land Tenure and Administration in África: Lessons of Experience and Emerging Issues” escrito por Lorenzo Cotula, Camilla Toulmin y Ced Hesse; en “Paradigms, processes and practicalities of land reform in post-conflict Sub-Saharan África” de Chris Huggins y Benson Ochieng; en “Land tenure and violent conflict in Kenya in the context of local, national and regional legal and policy frameworks” de Judi Wakhungu, Elvin Nyukuri y Chris Huggins; en “Land reform in Angola: establishing the ground rules” de Jenny Clover, como también en “Land reform processes in West África: a review”, de Sahel and West África Club Secretariat

12 Este es el caso, por ejemplo, de Botswana (2011 Annual Agricultural Survey Report), que no contabiliza la tierra utilizada para crianza de ganado, aunque los rebaños de vacunos y cabras suman más de 4 millones de cabezas. Es también el caso del Banco Mundial, que señala que “Se excluye la tierra abandonada como resultado del cultivo migratorio” de su definición de tierra agrícola.

13 EUROSTAT, Estadísticas específicas 18/2011, “Large farms in Europe” (pdf)

14 A menos que se indique lo contrario, las cifras sobre los países de la UE están basados en la Encuesta sobre Estructura Agrícola del 2007, dado que los datos para 2010 no nos permitieron realizar los cálculos necesarios.

15 ECVC and HOTL, “Land concentration, land grabbing and people’s struggles in Europe”, 17 de abril, 2013. (pdf).

17 Oficina de Estadísticas, Gobierno de Japón, “Agriculture”.

18 Gobierno de Australia, “Australian farmers and farming”, diciembre de 2012,

19 Stephanie Mulet-Marquis and John R. Fairweather, “New Zealand farm structure change and intensification”, Lincoln University, 2008.

20 I Wayan Rusastra, “Land economy for poverty reduction: Current status and policy implications”; Capsa Palawija News, Abril 2008; Censo Agrícola de Indonesia 1963, 1993, 2003. Principales Resultados; Lani Eugenia, “Significance of family farming in the Asian Region: The Indonesian agriculture sector”.

21 Comité Estadístico Estatal de Azerbaiján. “The Agriculture of Azerbaijan. Statistical yearbook 2012”.

22 “Informe preliminar sobre la encuesta muestral agrícola 2005, Bangladesh Bureau of Statistics, 2005

23 Todas las cifras para los países de la Unión Europea fueron obtenidos desde EUROSTAT, http://tinyurl.com/kbmom54 and http://tinyurl.com/l9aqu39. Los datos específicos para cada país pueden encontrarse al buscar “farm structure survey [name of country]”

25 Gobierno de Chile, Censo Agrícola.

26 A.M. Ibañez. “La concentración de la propiedad rural en Colombia: evolución 2000 a 2009, desplazamiento forzoso e impactos sobre el desarrollo económico“ (PRIO, Policy brief 5/2009); Oxfam. “Divide and purchase. How land is being concentrated in Colombia“; Y. Salinas. “El caso de Colombia”. Estudio sobre acaparamiento de tierras encargado por la Oficina Regional para Latinoamérica y el Caribe de la FAO.

27 Gobierno de Uruguay, “Censo 2011”, y “Censo general agropecuario 2000”.

28 Cuadros con datos gubernamentales pueden encontrarse en http://www.agcensus.usda.gov/Publications/index.php.

29 James MacDonald et al, “Farm size and the organisation of US crop farming” Economic Research Report No. 152, USDA, Agosto de 2013.

31 EJOLT, “The many faces of landgrabbing”, EJOLT briefing 10, 2014.

32 Nikos Alexandratos y Jelle Bruinsma, “World agriculture towards 2030/2050. The 2012 revision“, FAO, 2012

33 Corley, R.H.V. “How much palm oil do we need?” Environmental Science & Policy 12: 134-139. (2008)

34 Otras instituciones tal como la International Land Coalition-led Land Matrix señalan una cifra de 203 millones de hectáreas, pero en un periodo de diez años (2000-2010). (pdf)

35 Ver http://farmlandgrab.org para examiner varios informes publicados y noticias diarias.

36 Para ver los datos sobre distribución de la tierra país por país, recopilados por GRAIN ver, http://www.grain.org/e/4929.

37 Ver, por ejemplo, Kanayo F. Nwanze, IFAD. “Small farmers can feed the world”; UNEP, “Small farmers report”; FAO, “Women and rural employment fighting poverty by redefining gender roles” (Policy Brief 5)

38 Comité Nacional de Estadísticas de la República de Bielorrusia, “Agriculture of the Republic of Belarus” 2013

39 Estadísticas de Botsuana, “Stats brief”, 2009 y 2010 Encuesta anual agropecuaria, resultados preliminares.

40 Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, “Censo Agropecuario 2006”.

42 Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, “Censo Agropecuario 1997”.

43 Braulio Machin Sosa et al., ANAP-Via Campesina, “Revolución agroecológica, resumen ejecutivo”

44 Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, Censo Nacional Agropecuario 2000, http://tinyurl.com/ngvm5te

45 IV Censo Agropecuario 2007-2008. Ministerio de Economía de El Salvador. http://tinyurl.com/qatfm5y

47 Agencia de Estadísticas de la República of Kazajistán, Anuario Estadístico “Kazakhstan in 2009”

48 Hans P. Binswanger-Mkhize et al (eds). “Agricultural land redistribution. Toward greater consensus”. 2009.

49 Institute Nacional de Estadísticas, nota de prensa No. 149 del 2 de julio de 2012, “General agricultural census 2010”.

50 Rusia en Cifras 2011. Servicio Estatal Federal de Estadísticas de la Federación Rusa.

51 Universidad Hebrea de Jerusalem. Depto. de Investigación en Economía Agraria, Economía y Administración. Discussion paper No. 16.08. “The economic effects of land reform in Central Asia: The case of Tajikistan”

52 Servicio Estatal de Estadisticas de Ucrania. “Main agricultural characteristics of households in rural areas in 2011”

53 Olivier de Schutter, “Agroecology and the Right to Food”, Informe presentado en la 16ª Sesión del Consejo para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas [A/HRC/16/49], 8 de marzo, 2011.

54 Ver, por ejemplo: Michael Carter, “Identification of the inverse relationship between farm size and productivity: an empirical analysis of peasant agricultural production”; IFAD, “Assets and the rural poor. Poverty Report 2001”; Giovanni Andrea Cornia, “Farm size, land yields and the agricultural production function: An analysis for fifteen developing countries;” H.N. Anyaegbunam, P.O. Nto, B.C. Okoye and T.U. Madu, “Analysis of determinants of farm size productivity among small-holder cassava farmers in south east agroecological zone, Nigeria”.

55 Los nueve países son Austria, Bulgaria, Grecia, Italia, Holanda, Portugal, Rumania, España y el Reino Unido. Ver “Large farms in Europe”, Eurostat Statistics en Focus 18/2011.

56 República Checa, Estonia, Irlanda, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Suecia. Ibid

57 Estas cifras se obtuvieron extrapolando, para el 100% de la tierra agrícola, la productividad de las fincas pequeñas señaladas en las fuentes del cuadro 4.

58 Jan Douwe van der Ploeg, University of Wageningen, comunicación personal, 25 de marzo de 2014.

59 Para una discusión sobre sistemas alimentarios y cambio climático, vea: GRAIN “Food and climate change, the forgotten link”, septiembre, 2011.

62 EU Agricultural Economic Briefs. “Women in EU agriculture and rural areas: hard work, low profile“, Brief No. 7, junio de 2012.

63 FAOSTAT. Búsqueda realizada con las palabras “resources” y “population”, usando series anuales de tiempo.

65 Ministerio de Alimentación y Agricultura de Ghana. Agriculture in Ghana. Facts and Figures 2010. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesquerías de Madagascar. Recensement de l' Agriculture. Campagne Agricole 2004-2005

66 FAO e Instituto Nacional de Estadísticas de Camboya. National Gender Profile of Agricultural Households, 2010.

67 IFAD. Republica del Congo. Country strategic opportunities programme. 2009 EB 2009/98/R.20.

68 FAO, Equipo de Género para Europa y Asia Central, “The crucial role of women in agriculture and rural development”

69 Organización Internacional para la Migración. “Rural women and migration“; B. Dodson et al. “Gender, migration and remittances in Southern África“; A. Datta and S.K. Mishra. “Glimpses of women's lives in rural Bihar: impact of male migration“.

72 Acerca de este tema, para ejemplos y discussion vea: Celestine Nyamu-Musembi in “Breathing Life into Dead. Theories about Property Rights: de Soto and Land Relations in Rural África“. Institute de Estudios sobre el Desarrollo. 2006

73 La información sobre distribución de la tierra compilada por GRAIN, puede ser obtenida aquí.

74 Ver glosario de FAOSTAT.


Author: GRAIN
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  • [17] http://tinyurl.com/ocp7quw
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