https://grain.org/e/4467

¿Quién controlará la economía verde?

by Verónica Villa | 9 Feb 2012

En diciembre de 2011 el Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) presentó su más reciente investigación ¿Quién controlará la economía verde?, un vistazo a los 18 sectores industriales relevantes en “la gran transformación tecnológica verde”1: agua, energía, semillas, pesca y acuacultura, procesamiento y comercio de alimentos, químicos, fertilizantes, plaguicidas, minería, farmacéutica, biotecnología, comercio de granos, plantaciones forestales y más. El informe incluye a quienes encabezan los nuevos sectores industriales y las tecnologías de punta: la biología sintética, el manejo de datos, la producción derivada de algas y microalgas y la genética animal. Los “amos” de la economía verde —sugiere el documento— serán quienes controlen las nuevas tecnologías y las materias primas que posibiliten transformar un mismo cultivo en papillas para bebés, combustible para automóviles o forraje para vacas. Una transformación que lo único que tiene de verde es la explotación absoluta y detalladísima de la biomasa, radicalmente lo contrario de cuidado, conservación y mantenimiento de los ecosistemas y la biodiversidad.

La economía verde, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, es “un sistema de actividades económicas que resulta en mejoras del bienestar humano en el largo plazo, sin exponer las generaciones futuras a riesgos ambientales […] Es caracterizada por un substancial aumento de las inversiones en sectores verdes, apoyadas por reformas políticas que sean instrumentales para esto. Estas inversiones, tanto públicas como privadas, ofrecen un mecanismo para la reingeniería de los negocios, de la infraestructura, de las instituciones y la adopción de procesos de producción y consumo sostenibles”.2

Esta definición (resumida aquí) no oculta el papel principal que las inversiones (léase los dineros de los poderosos) tendrán en la “reingeniería” del futuro de la humanidad. La economía verde es fantasma del ya de por sí deslavado desarrollo sostenible, y por lo tanto, un concepto más peligroso. Si los peores contaminadores tienen oportunidad de participar en los resbalosamente llamados “sectores verdes”, estarán a tono con la economía verde.

La investigación del Grupo ETC es una continuación de Los nuevos amos de la biomasa: biología sintética y el próximo asalto a la biodiversidad, publicado en español en mayo de 2011, pero detalla los objetos de la explotación y las relaciones entre las multinacionales que la llevan a cabo.

La red global de corporaciones. ¿Quién controlará la economía verde? describe cómo es que los jugadores corporativos más poderosos se alían para lograr posiciones de dominio en la economía verde. Consultando un estudio del Instituto de Tecnología de Suiza, nos enteramos de que únicamente 737 empresas concentran 80% del valor total del mercado mundial, según información de apenas 116 países. Esto evidencia que los actores corporativos, todos ubicados en los centros de poder económico, no realizan sus negocios aislados sino por el contrario, están vinculados en una red de control extraordinariamente estrecha. Este hallazgo permite esbozar por primera vez el entramado de la dominación económica planetaria, el contorno de una ‘súper entidad’ en la red global de corporaciones, que decide cómo y dónde proseguir con la explotación de los recursos naturales.

La explotación de la biomasa, reagrupa el poder. Es crucial desmantelar la falacia de la economía verde. Se promueve con imágenes icónicas de paneles solares, turbinas de viento o agricultura casera, pero las multinacionales no enfocan sus actividades allí. Las energías renovables no nucleares o derivadas de hidrocarburos representan sólo 1.8 % del consumo global, y casi toda esa energía proviene de la cosecha y quema de biomasa, ya sea para convertirla en compuestos químicos o directamente en combustibles. Según el Grupo ETC los reagrupamientos más significativos de empresas en la “economía verde” ocurren en torno a aprovechar la biomasa vegetal, en una supuesta “transición” a una economía post-petrolera, sin ajustar cuentas, realmente, con la civilización del petróleo, con los patrones de producción y consumo de los bienes (es decir, sin reducir emisiones).

A principios de la década de los noventa, la comercialización inicial de las tecnologías de ingeniería genética promovió una reorganización masiva de los sectores de semillas, agroquímicos y farmacéutica y la emergencia de gigantes en las “ciencias de la vida”, tales como Monsanto y Novartis. Hoy, tecnologías como la biología sintética están detonando otra ola de fusiones, adquisiciones y empresas de capital de riesgo compartido en torno a la economía de la biomasa. Hay nuevas alianzas entre jugadores tales como Dow, DuPont, BP, Shell, Exxon, Chevron y Total con los mega-gigantes de los granos, de las plantaciones forestales y de las semillas como Monsanto, Cargill, Bunge, Weyerhaeuser y ADM. Todas estas nuevas alianzas y nuevas empresas están asumiendo rápidamente roles estratégicos en la producción global de alimentos, energía, fármacos y nuevos materiales. La reunión de Río+20, para la cual se ha venido puliendo el concepto de economía verde, y La gran transformación tecnológica verde3, puede convertirse, “en el mayor asalto corporativo y tecnológico, en el mayor despojo, desde la Conquista de América”.

En la ideología de la economía verde, el acaparamiento de los recursos se argumenta a partir de querer alcanzar una “seguridad” en el abasto de materias primas, frente al caos climático y la pérdida de biodiversidad. La adquisición de recursos naturales estratégicos incluye la tierra cultivable, las materias primas a granel, los minerales metálicos y no metálicos y ahora, también, el material vegetal genérico en calidad de reserva de biomasa.

La economía azul, también bajo control. Los océanos y ecosistemas acuáticos representan 71% de la superficie del planeta. Corporaciones de energía y químicas como DuPont, Statoil, DSM, Exxon, Mitsubishi, Monsanto, Chevron y el gigante de los astilleros Stolt Nielsen se enfocan hacia lo que se encuentra en esa inmensa superficie, la biomasa marina y oceánica, para producir nuevos azúcares y combustibles que sirvan a la economía de base biológica. Para ello proponen la explotación en gran escala de las algas, microalgas, peces de los mares y toda la biodiversidad acuática que hay en los lagos, riberas y estuarios costeros.

Contra la moda de achacar al capital financiero todas las razones de las crisis, el informe del Grupo ETC sobre la economía verde coloca en el centro del problema de la devastación del planeta el capital industrial. En medio de la crisis económica, los diversos sectores industriales siguen logrando ganancias, incluso con cada vez menos dinero, inversiones, trabajadores. La economía verde no propone otra forma de vivir, sino explotación de los recursos hasta sus últimas consecuencias. ¿Quién controlará la economía verde?, deja bien claro que la explotación de la naturaleza (y de las personas) sigue siendo la única fuente de ganancias. Las grandilocuentes apuestas tecnológicas deslizan la idea de que se puede hacer con la biomasa cualquier cosa, pero que la humanidad sobrevivirá. Y que la única forma de sobrevivir es la privatización de todos los metabolismos y reservas naturales y estratégicas, es decir, entregar a la súper entidad tecnológica y corporativa la capacidad reproductiva del planeta.

La amenaza de muerte, de los ecosistemas y de las personas ante la convergencia de crisis, desata ambiciosas especulaciones científicas y tecnológicas, y se nos quiere chantajear ante el miedo, como si la economía verde fuera nuestra única salida al futuro. Ese chantaje se apuntala con el desmantelamiento de las instituciones nacionales e internacionales de vigilancia y prevención. Pero tecnología no es sinónimo de futuro: ni del futuro de la naturaleza, ni del futuro de la humanidad. ¿Quién controlará la economía verde? hace un esbozo de un monstruo tangible. l

 

Verónica Villa

El informe se encuentra en

http://www.etcgroup.org/es/node/5298

Notas:

1 La gran transformación tecnológica verde, en el Estudio económico social y mundial 2011, Organización de las Naciones Unidas, Nueva York, 2011.

2 PNUMA, Oficina Regional para América Latina y el Caribe, Elementos de carácter general que pueden ser utilizados por los Ministros y Jefes de Delegación para el Intercambio sobre Economía Verde, UNEP/LAC-IG.XVII/4, Martes 16 de marzo de 2010

3 Ibid.

Author: Verónica Villa
Links in this article:
  • [1] http://www.etcgroup.org/es/node/5298